| domingo, 29 de agosto de 2004 | "El doctor Dios" Quiero a través de esta sección referirme al artículo publicado en La Capital el día 24 del corriente titulado "Maradona vs. Maradona". Es muy lamentable y comparto lo que en dicho artículo manifiesta esta escuela. He sido siempre un admirador del doctor Esteban Laureano Maradona, un acreditado médico que viajando a Formosa hacia el oeste el tren detuvo su marcha en Guaycurú. El destino quiso que allí salvara una vida y a pedido de esa gente humilde se quedara. Desde entonces vivió atendiendo a los pobres de ese lugar y se dejó atrapar por la selva para entregar su vida a asistir a las desprotegidas tribus indígenas del noroeste argentino. Las tribus nómades lo llamaban "El doctor Dios". Allí resistió hasta los 95 años para finalmente ser recogido y albergado por unos parientes en Rosario y en esa casa de calle Castellanos 321 esperó lo inevitable. Murió el 14 de enero de 1995, a punto de llegar a los 100 años de vida, lúcido y brillante, con la modestia de esos héroes secretos, sin ovaciones ni tribunas colmadas. El vecindario colocó una humilde plaquita en esa casa de calle Castellanos honrando su memoria. Por razones lógicas de espacio, esto está escrito en forma muy sintética. Mi admiración por el doctor Maradona me llevó a intervenir en el concurso de cuento por el Año Internacional de la Lengua convocado por La Capital, Voces SA y Homo Sapiens Ediciones, donde como conjunto y tema libre incluí con el título "El doctor Dios", donde relato en forma pormenorizada su ajetreada vida. Es probable que una vez finalizado el certamen edite un libro de cuentos, relatos y poemas donde esté "El doctor Dios" para intentar hacer posible su difusión. La vida de un médico fiel a su juramento hipocrático y apostolado de vida.
Enrique Eugenio Bianchi enviar nota por e-mail | | |