| domingo, 15 de agosto de 2004 | Como la vida "¿Qué tiene este parque de distinto? Creemos que la tranquilidad. Este parque es para chicos chiquitos. Estamos hablando de un promedio de siete u ocho años. El pibe más grande se va al otro parque porque ya busca otro tipo de cosas", asegura Carlos, la tercera generación de los De Gregorio involucrada con el negocio de la diversión.
"Aquí está la tradición. El otro día vino un señor de unos 60 y pico de años y me dijo: "Yo venía acá cuando tenía dos años, cuando el carrousel tenía un motor diesel y veía cómo salía el humo de la chimenea". Las anécdotas pasan por ahí, por la nostalgia y la melancolía que les da el parque."Es que el parque es la vida misma", resume Carlos hijo. enviar nota por e-mail | | |