| sábado, 31 de julio de 2004 | El gran clásico ya empezó a jugarse Central repatrió a Coudet y Newell's le respondió con el brasileño Jardel Alejandro Cachari / Ovación ¿Lo ganó Newell's en el último centro? ¿Era de Central y al final cambió de dueño? ¿Todavía queda tiempo para modificar el resultado (léase tendencia)? Todas preguntas retóricas. Pero el campeonato de las contrataciones que juegan mano a mano leprosos y canallas torció su rumbo sobre el final de la semana pasada y el jueves volvió a dar un viraje. De contrataciones no demasiado relevantes, como lo sugieren sendos presentes institucionales, a las llegadas de Coudet y Jardel.
Parecen cuestiones fuera de contexto si se piensa en un club concursado por un lado y uno que debió devolver futbolistas por no poder pagarlos del otro.
Salarios y primas al margen, dicen que el Chacho llegó a cambio de 250.000 dólares por 19 partidos y que el brasileño a préstamo sin cargo.
Si fuera así no habrá forma de remontar la cuesta para Central en este juego de las ofertas y las demandas que antecede a los campeonatos de la Asociación del Fútbol Argentino. El porqué es muy sencillo. Es que el peor riesgo que podría correr la entidad rojinegra es que el cearense (nació en Fortaleza, estado de Ceara) no funcione y entonces habrá perdido tiempo y algunos meses de sueldo. Con no hacer uso de la opción de compra es suficiente.
Si Coudet llegara a repetir alguno de los inconvenientes físicos que le quitaron la titularidad en River, cada partido con él dentro de la cancha significará una erogación de dinero muy importante para las alicaídas arcas canallas.
Pero esa es una historia que no les interesa mucho a los hinchas, que además ya preparan sus almas para el clásico de la segunda fecha.
Central aplicó un gancho al hígado con la contratación por este torneo de Chacho Coudet y paralizó a Newell's. Los rojinegros, cuando recuperaron el aire, metieron un recto de derecha que hizo tambalear a los auriazules que todavía intentan acomodar la vertical contra las sogas.
Dos sacudones importantes para incorporarlos a los ingredientes del aperitivo. Pueden transformarse en plato principal, dependerá de ellos, de sus realidades futbolísticas y de sus entrenadores.
Por debajo de ellos, con un perfil inmensamente más bajo, llegaron Justo Villar y Robinson Zapata, dos arqueros que prometen clausurar los arcos rosarinos de primera y cuentan con antecedentes que así lo certifican. Quizás el paraguayo tenga el plus de haber atajado en la selección de su país y haber sido la gran figura en el Monumental contra Argentina.
Todo lo demás viene bastante más atrás. Sin herir susceptibilidades, Rubén Capria proviene del fútbol chileno y su último antecedente criollo es el descenso con Unión, Julián Maidana perdió la categoría con Talleres y Martín Gianfelice se fue a la B Metropolitana con Los Andes.
Pero en una semana se plantaron en el centro del ring y decidieron cambiar golpe por golpe. Aún queda margen para hacerse dueño, definitivamente, de la previa del campeonato, una carrera que no es menor. Es la lucha por acceder al mayor colchón posible. Ese mismo que puede amortiguar el golpe cuando aparezcan los primeros chubascos. El que podría desdramatizar el resultado del clásico y hasta permitir que Púa o Gallego, si pierden, no queden tan expuestos.
En la previa se rozaron con Jardel y el Chacho Coudet. No está nada mal. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Chacho y Súper Mario ilusionan a los hinchas. | | |