| | sábado, 24 de julio de 2004 |
 | -No es ninguna novedad, Inocencio, que el país está colapsado en muchos aspectos y va por el camino de la discordia a un desenlace de características bastante sospechadas si el gobierno de la Nación no adopta decisiones rápidas y adecuadas.
-Cosa que lamentablemente parece difícil, Candi, porque desde el presidente para abajo (excepto algunos ministros como Roberto Lavagna, que parece ser un equilibrista consumado) se nada entre la confusión, el burdo marketing político y la paranoia. Los papelones se van sumando, la falta de talento para resolver algunas cuestiones o la reticencia, por la soberbia, a aceptar que se están equivocando hunden a la gente en la aflicción.
-Y lo que es peor, se está generando una violencia que llega a todos los sectores y que se constituye en una endemia, en un virus que ataca al cuerpo social y que puede durar largo tiempo. Hoy la impaciencia, la intolerancia y la cólera son moneda de uso frecuente en la sociedad.
-El papelón más grande fue el de la Amia y fue protagonista el propio presidente de la Nación, Néstor Kirchner, quien anunció con bombos y platillos a la delegación judía que lo visitó que se habían encontrado las famosas cintas grabadas con conversaciones. Unas horas después negó haber dicho lo que dijo. La cortesía de la colectividad judía y de los familiares de los muertos en el tremendo atentado, que prefirieron no hacer de la bochornosa situación un escándalo harto justificable, no pudo eludir que se desnude aún más la falta de orden que impera en el gobierno y las desinteligencias que campean.
-El último grotesco, hasta hoy, porque todo indica que el sainete se mantendrá en escena quien sabe hasta cuando, fue la "destitución" del jefe de la Policía Federal y las razones sustentadas. "Destitución" entre comillas, porque hay bastantes indicios de que fue el propio Jefe de Policía el que, cansado de la falta de órdenes precisas del gobierno y del desorden que impera entre las distintas facciones que lo componen, decidió forzar la situación y desconoció las ¿órdenes presidenciales? para que la tercera línea policial no tuviera armas en el operativo montado para defender la Legislatura porteña. Que un presidente se ocupe de cómo deben ir pertrechados los policías en un operativo de seguridad, muestra de manera convincente que esto se parece más a una remota aldea primitiva que a una Nación en desarrollo. Después de todo, basta con encender el televisor y seleccionar el canal de las noticias para comprobarlo.
-¿Cómo vamos a tener esperanzas en que se adopten medidas trascendentes para la paz social y la paz interior de los ciudadanos cuando ante lo urgente el gobierno vaga entre la ineptitud y el puro palabrerío?
-Es cierto que el infierno que vive Buenos Aires -secuestros, asesinatos diarios, robos, protestas que ocasionan tantos perjuicios- aún no se vive en Santa Fe. Pero, ¿por cuánto tiempo más este virus de la violencia exaltada se conformará con circunscribir su radio de acción? Ahora: ¿se puede con justicia echar la culpa de la existencia de esta patología argentina a Castells, Pitrola, a la nueva top model "la Nina" y los demás muchachos que han hecho de los piquetes su trabajo? Si alguien supone que el piquete es obra de ellos se equivoca en el análisis. El piquete lo fecunda este sistema que los gobernantes han instituido y siguen prohijando a instancias del extranjero; porque no hay dudas de que si bien Lavagna es un hombre prudente que ha sabido mantener el equilibrio para que esto no se cayera del todo, no es menos cierto que junto con Kirchner siguen priorizando las necesidades de los voraces acreedores y no las necesidades del pueblo argentino. Y muchos aplauden (exento están los ciudadanos de bien que creen y confían y a los que debemos nuestro respeto), porque viven también del manjar que se sirve en la gran mesa. ¿Quiénes son estos entusiastas sostenedores? Funcionarios, políticos, legisladores, jueces y empresarios, e incluso ciertos comunicadores sociales para quienes, ¡oh casualidad!, siempre las cosas estuvieron bien aquí: con Alfonsín, con Menem, con de la Rúa, con Duhalde y obvio, con "Neki" el superpingüino. Y bueno, hay que vivir.
-Bien, hemos recibido algunas cartas que desde el lunes vamos a publicar y entre ellas la de un docente de El Trébol. Docencia, otra vocación humillada, otra profesión devastada para desgracia de las generaciones.
Candi II
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 | "Lo que ha hecho Castells es una aberración por parte de un energúmeno"
Aníbal Fernández
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