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 miércoles, 21 de julio de 2004

Se quebró
Central cortó la gestión de Squadra

La contratación de refuerzos es un tema que mantiene en vilo al entrenador Víctor Púa y a los hinchas canallas, pero la concreción de cualquier operación en Central depende del soporte financiero, y aquí radican los problemas que afronta, más cuando ayer el club decidió prescindir de la asistencia de Squadra, la empresa que lo respaldó desde que entró en convocatoria e intercedió para conseguir el crédito de 900.000 dólares.

Tal como informó Ovacion la semana pasada, algo se había quebrado en la relación entre Squadra y Central a partir de la venta de Germán Herrera y la novedad de ayer no hizo más que confirmarlo. En el medio, esta ruptura práctica pone en evidencia también que la comisión directiva auriazul no está unida ni mucho menos, algo que quedó plenamente expuesto con el manoseo que sufrió el volante Juan Pablo Raponi, quien no pudo firmar como incorporación pese a que estaba todo acordado.

Todo esto incide por supuesto en la llegada de refuerzos, algo cada vez más difícil para Central, y en la continuidad de Víctor Púa, ya que el técnico fue acercado al club por Squadra, si bien desde la empresa y desde la dirigencia canalla, se afirma que el sueldo se lo paga el club.

Además de interceder por el crédito, Squadra tenía una directa injerencia en Central, ya que gestionaba la llegada de refuerzos y trabajaba en la elaboración del presupuesto para esta temporada.

Los principales directivos canallas que estuvieron ayer en Buenos Aires negaron que se haya roto la relación con Squadra. Sin embargo, el propio gerente general de la empresa, Alejandro Sablich, se lo confirmó a Ovacion y aseguró que quien le comunicó que Central ya no quería que gestionaran nada por el club fue el secretario Gonzalo Estévez y que no le dio argumentos. "Nos hubiera gustado hablar hoy (por ayer) con el presidente, como habíamos quedado el lunes en reunirnos, pero dijo que estaba muy ocupado. Gonzalo nos comunicó que a partir de ese momento las cosas la manejaban ellos y que no siguiéramos gestionando".

Todo se deterioró a partir de la venta de Herrera, hecha finalmente a través de otro grupo inversor y desechando la oferta de San Lorenzo que le había acercado Squadra. A partir de ese momento el presidente Pablo Scarabino y el secretario Gonzalo Estévez dejaron de ser los interlocutores con la empresa y en su lugar aparecieron el tesorero Marcelo Gastaldi y el protesorero Néstor Rubicondi.

Ellos siguieron con las gestiones pero la negociación por Juan Pablo Raponi terminó de desnudar que no importaba lo que hicieran. Squadra acordó el vínculo con el ex Banfield y River, y después de algunos discusiones por el monto de lo que pretendía el jugador, también la dirigencia parecía haberlo aprobado. Pero todo volvió a fojas cero cuando debía firmarse el contrato. Se dijo que Púa no lo quería o que pretendía antes a un centrodelantero y la operación se truncó.

En adelante, ya no habrá negociación que tenga el sello de Squadra, tampoco de los directivos que quedaron a cargo de las relaciones con la empresa. Ayer Scarabino y Estévez cerraron esa puerta, poniendo en la vereda de enfrente a un grupo que los había ayudado hasta aquí y que guarda relación directa con la financiera que le cedió al club el crédito de 900.000 dólares, que hoy por hoy es deuda posconcursal. Si bien hay tiempo de saldarlo hasta diciembre de 2005, esta decisión puede transformarse en un bumeran para Central.

El representante de Squadra aseguró que no tienen espíritu de revancha, que seguirán apoyando todo lo que haga o decida Púa y que no le reclamarán nada a Central. "Me reservo mi opinión personal", dijo Sablich respecto a si le dolió esta determinación. "No estamos enojados, somos gente de bien. Squadra no se queda con el pase de ningún jugador, ni reclamaremos porcentaje alguno de Herrera", como se dijo en algunos medios, ya que una de las cláusulas del crédito otorgado obligaría al club a darle a la financiera el 50% de cualquier venta. "Sólo ayudábamos a Central a elaborar un presupuesto creíble, a sanear su economía, que es lo que queremos para todos los clubes".

Sablich sólo dijo a manera de advertencia, expresando algo de lo que sintió al conocer la noticia, que "hay una institución, mucha gente que es hincha de Central y quienes están gobernado no tienen que olvidarse de eso".

Los directivos auriazules parecen ahora respaldarse en el dinero que les llegó por Herrera pero se pusieron de punta a quien, mal o bien, les tendió una mano y con el que tienen una deuda importantísima. Y los refuerzos no llegan y hasta se le pueden ir jugadores que estaban. Un panorama difícil para crecer.

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Scarabino y Estévez decidieron romper el vínculo con la única empresa que asistía al club.

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