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 sábado, 17 de julio de 2004

Caos. Militantes políticos y sociales, travestis y piqueteros se opusieron violentamente a la reglamentación de sus actividades
Destrozan la Legislatura porteña por el Código de Convivencia
Rompieron las puertas y ventanas durante una refriega que duró seis horas. Varios heridos y detenidos

La Legislatura porteña se convirtió ayer, por espacio de cinco horas, en el centro de violentos incidentes a raíz de un intento de toma de diversos grupos de piqueteros duros, travestis, y vendedores ambulantes que produjeron daños al edificio, 12 heridos y una veintena de detenidos.

El gobierno nacional, por boca del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, adjudicó anoche los hechos a "grupos ultraizquierdistas que le dan argumentos a la ultraderecha que reclama represión" y reiteró que frente a este tipo de hechos "es mejor no reaccionar, porque sino se podría lamentar más de una víctima".

"No vamos a caer en la provocación y tampoco permitir la impunidad", aseguró Fernández, quien luego justificó la demora con que la policía actuó para controlar la violenta protesta en el hecho de que se quiso "mostrar paciencia por si imperaba la cordura". Según el jefe de Gabinete, los desmanes fueron provocados por "50 provocadores" de grupos "ultraizquierdistas que le dan argumentos a la ultraderecha para buscar la represión".

El ministro de Justicia, Gustavo Beliz, aseguró anoche que el gobierno "no permanece ajeno ni en actitud de inacción" frente a lo que calificó como "una escalada de violencia" como respuesta a los graves incidentes.


"Acciones delictivas"
En tanto, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, consideró que los incidentes fueron "acciones delictivas".

Los incidentes comenzaron a las 13, cuando el legislativo comunal porteño se preparaba para debatir un endurecimiento del Código de Convivencia, y se prolongaron hasta poco antes de las 18, al cabo de los cuales el edificio quedó sin ningún vidrio sano, con las puertas rotas y el adoquinado de la calle levantado por los manifestantes, que lo usó como proyectiles.

Entre la docena de heridos figura la legisladora Silvia La Rufa (del Frente para la Victoria), que recibió un golpe en el estómago y fue retirada desmayada en ambulancia, además de cinco empleados de seguridad lastimados por los vidrios rotos a pedradas y cinco policías.

La virulencia del ataque, protagonizado por piqueteros del MTS, MTL y Polo Obrero, así como travestis, meretrices y vendedores ambulantes fue condenado virtualmente por todo el arco político y el propio jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra, quien había pedido la "intervención racional de la policía", sin uso de armas de fuego, para contener los desmanes.

Era temprano cuando desde el interior del edificio, la seguridad comunal y policías de la guardia de infantería repelieron a los manifestantes con chorros de agua, pero en el exterior recién cargaron con gases y escopetazos con proyectiles de goma tras varias horas de incidentes.

La magnitud de los disturbios llevó por la tarde al jefe del Gabinete, Alberto Fernández, a organizar una reunión junto al ministro de Seguridad, Gustavo Beliz, y al subsecretario Norberto Quantín, en momentos en que el presidente Néstor Kirchner estaba de visita en la Patagonia.

Los manifestantes prendieron fuego a la parte baja de las puertas de madera por la calle Perú, Hipólito Yrigoyen y avenida Julio A Roca (Diagonal Sur).

En un momento, mientras algunos militantes trataban de incendiar las puertas, otros arrojaban piedras, petardos y palos contra los vidrios de las ventanas del edifico y los efectivos de seguridad tiraban agua para alejar a los revoltosos.

Hasta cerca de las 16, la policía no había intervenido en los desórdenes, no produjo detenciones ni intentó entrar en contacto físico con los agresores.

A esa hora, una formación de la Guardia de Infantería tomó posiciones en cercanías de la Legislatura y se abrió paso frente a la retirada de los manifestantes, aunque luego abandonó el lugar.

Poco después, en la esquina de Avenida de Mayo y Perú, un grupo de policías disparó balas de goma y granadas de gas lacrimógeno para dispersar a un grupo de personas que arrojaba todo tipo de objetos contra las fuerzas de seguridad.

En un momento, algunos militantes fueron a provocar a un grupo de policías que estaban apostados sobre los calle Hipólito Yrigoyen, al punto de que los uniformados tuvieron que alejarse para evitar agresiones mayores.

Los daños fueron reportados en las oficinas de taquigrafía y de impresiones, donde tres empleados recibieron golpes. También fue atacado el automóvil del vicepresidente de la Legislatura, Santiago de Estrada, que estaba dentro del edificio.

Mientras los gases forzaron a los empleados a buscar el aire puro que corría en la pérgola del cuarto piso, la planta baja de la Legislatura fue desalojada y sólo quedaron allí miembros de la Infantería. (Télam)

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