| domingo, 11 de julio de 2004 | Atenas 1896: Casi fracasa por falta de recursos Las dificultades financieras de Grecia hicieron tambalear los primeros Juegos Olímpicos de Atenas. Tuvo que ser el mismísimo Barón de Coubertin el que viajó a ese país para convencer a varios acaudalados que brindaran respaldo económico al proyecto, y a su vez se organizó una colecta pública. El comité organizador recibió una importante suma de dinero y el gobierno griego permitió la emisión de estampillas para cubrir los gastos.
Fueron 14 las naciones que compitieron en Atenas, con algunas particularidades. Estados Unidos fue representada por dos universidades, una de ellas la de Princeton, y los atletas lucían la indumentaria deportiva con los distintivos de sus casas de estudio.
Todavía no existía plena conciencia por parte de las naciones de enviar equipos olímpicos y varios de los competidores fueron a participar por su cuenta. Entre ellos el atleta chileno Luis Casau, primer olímpico sudamericano de la historia, que se encontraba estudiando en Europa, situación que también fue aprovechada por otros deportistas para viajar a los Juegos Olímpicos. Es el caso del australiano Edwin Flack, vencedor en 800 y 1500 metros llanos.
Las delegaciones más numerosas fueron las de Francia, pues Coubertin se movió mucho para garantizar la presencia gala, Alemania y Grecia.
Las actividades que se desarrollaron fueron atletismo, natación, pesas, lucha grecorromana, ciclismo, esgrima, gimnasia, tiro y tenis. Las pruebas de remo no se disputaron porque el día que se debían realizar hubo una gran tormenta y finalmente se anularon.
Hubo disciplinas que hoy sorprenden. Porque a la vez que se realizaron los tradicionales 100 metros en natación, hubo una prueba paralela en esa distancia para marineros que ganó el griego Jean Malokinis. O en el ciclismo, donde se disputaron 12 horas en pista cuyo vencedor fue el local Aristidis Konstandinidis.
El 6 de abril, el estadounidense James Connolly ganó el triple salto y se convirtió en el primer campeón olímpico de la era moderna.
Una pruebas clásica en la que los griegos descontaban el triunfo era en lanzamiento de disco. Pero la victoria quedó en poder del estadounidense Robert Garret -también venció en bala-, que poco tiempo antes había aprendido esta disciplina desconocida en su país.
Pese al carácter amateur de los Juegos Olímpicos, se disputaron competencias de esgrima también para profesionales. Esto se debió a que la disciplina estaba regida por el reglamento de la Federación de Esgrima de París que no hacía distinción entre profesional y amateur.
De los 241 atletas que formaron parte de los Juegos no hubo mujeres. En ese sentido, a Coubertin no lo convencía nada la presencia femenina.
Los Juegos estuvieron matizados por diversas manifestaciones culturales, siguiendo con la tradición de aquellos de la edad antigua. El apoyo del público fue masivo. enviar nota por e-mail | | Fotos | | |