| | domingo, 04 de julio de 2004 |
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-Sigamos con el tema iniciado el jueves sobre las revelaciones de las escrituras y lo que se vive en el mundo en este momento. Se atribuye a San Malaquías, obispo irlandés del siglo XII, una profecía sobre los papas. Según parece el pontífice número 112 (Petrus Romanus) sería el último pues con él, y en medio de tribulaciones para la humanidad, se produciría el fin de los tiempos (cambio de orden). De hecho si el atentado contra Juan Pablo II hubiera sido exitoso, ahora reinaría el papa 111 (Gloria Olivae) y este Petrus Romanus sería el próximo Pontífice, pues Karol Wojtyla es el papa número 110. ¿Qué cerca estaría todo, verdad? La certeza de la profecía de Malaquías sobre algunos pontífices es asombrosa. Pero sigamos: la hermana Lucía, que recibió en Fátima una advertencia de la Virgen, en una carta escribió: "El hecho es que el demonio ha triunfado en traer el mal bajo la apariencia del bien, y los ciegos están comenzando a guiar a otros. Esto es como el Señor nos lo dijo en su Evangelio, y las almas se dejan llevar". El tercer secreto de la profecía de Fátima, que llevó al Vaticano a concluir que se trataba del atentado a Juan Pablo Segundo, bien podría interpretarse también como el ataque del mal a la humanidad. Expresa una parte de este Tercer Secreto que un Papa, junto con otros religiosos y laicos, "atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron unos tras otros los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones". La profecía puede tener muchas interpretaciones, pero ninguna excluye la devastación del hombre.
-Esto puede parecer para algunos un delirio místico, es cierto, pero cuando se observa la realidad se advierte que muchas cosas tremendas suceden en el mundo. Como decíamos ayer, sufrimiento y muerte, sea por balas o por hambre, se producen a cada instante, sin contar la muerte de derechos.
-Lo más asombroso es algo que aún no se ha divulgado demasiado y que preocupa por estos días a religiosos de muchos credos: la aparición de una nueva moneda electrónica que se implementaría en pocos años más en todo el mundo: un microchip equivalente a un grano de arroz que sería implantado en forma subcutánea en la mano derecha o en la frente de los hombres. Este aparatito, fabricado ya por una conocida empresa internacional de telefonía a pedido de una firma norteamericana asociada con una importante tarjeta de crédito famosa, contendrá toda la información de la persona, desde su sueldo o saldo bancario hasta su historia clínica y desde luego su DNI. Una vez implantado no podrá extraerse (pues se contaminará el organismo) y su uso será tan obligatorio como la tarjeta de débito de hoy utilizada para cobrar los sueldos. Nadie que no tenga el microchip podrá realizar transacciones y quedará fuera del sistema. Estos chips pueden tener 34 billones de combinaciones únicas de códigos de identificación individual, cantidad más que suficiente para permitir asignar un código único a cada ser humano sobre la Tierra, utilizando tres entradas de seis cifras. Tres entradas de seis cifras: 666. ¿Acaso una casualidad?
-Este número es, según el Apocalipsis, el número de la "bestia" o el mal encarnado. El mismo Apocalipsis (cap. 13) afirma que esta bestia "obtuvo de todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, que se les imprimiera una marca sobre la mano derecha o sobre su frente y que nadie pudiera comprar o vender, sino quien llevara la marca...".
-¿Qué interesante, verdad? ¿Por qué asombrarnos? "La bestia" ya marcó en sus brazos décadas atrás a millones de seres humanos y los mató en las cámaras de gas. Como se advierte, el mal aún gobierna este mundo con métodos más sofisticados, menos groseros. Dirige hoy este planeta mediante corporaciones económicas y financieras que someten y afligen a la humanidad. El demonio, aun cuando adopta muchas formas, no es un macho cabrío color rojo, sino una fuerza enquistada en grupos de personas que forman una corporación universal perversa que ahoga y mata. Los creyentes deberán comprometerse: o con Dios o contra El. Los agnósticos también: o un nuevo orden basado en la justicia y el amor, o el mal.
Candi II | | |
 | "Yo no diría que La Piedad es un caos"
Oscar Borra
Subsecretario de Servicios Públicos de Rosario | Ver noticia  | |
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