El sueño de una Europa federal en torno a una buena mesa alsaciana

Un comunista italiano gestó a finales de los años 70 el proyecto de los Estados Unidos del Viejo Continente

Fernando Heller

Estrasburgo (Francia). - Casi nadie sabe, salvo pocos nostálgicos, que un grupo de eurodiputados idealistas impulsó el sueño del federalismo europeo, el de los "Estados Unidos de Europa", ante un cocodrilo disecado, traído a Francia por un explorador galo en el siglo XVII y que ha dado nombre a un lujoso restaurante estrasburgués. Fue el comunista italiano Altiero Spinelli, fallecido en 1986, que se desempeñó como comisario entre 1970 y 1976, quien logró plasmar su sueño federalista en torno a una tabla de buenos caldos franceses, de variedad de quesos y patés alsacianos en "Au Crocodile", junto a un puñado de eurodiputados "soñadores", a fines de los años 70.

Tras varios años en las cárceles fascistas italianas, Spinelli dedicó todos sus esfuerzos a intentar que nunca más hablasen las armas en la vieja Europa y que el continente se construyera pacíficamente hasta llegar a unos verdaderos "Estados Unidos Europeos", como contrapeso a los de América, como era su proyecto. Lo consiguió el 14 de febrero de 1984, cuando la Eurocámara aprobó el Proyecto de Tratado de la Unión Europea, una de las bases jurídicas de la actual Unión Europea y que ha dado un impulso decisivo a la construcción comunitaria en los últimos 15 años.

El propio Spinelli bautizó el texto informalmente "proyecto de tratado de la Unión Europea, gestado al calor de una excelente cena en el restaurante Cocodrilo de Estrasburgo". Coincidentemente, el político italiano fundó con sus compañeros de grupo el movimiento "El cocodrilo", cuyo objetivo era fomentar el federalismo europeo.


Un grupo idealista
Los dueños del actual "Cocodrilo" son una pareja entrañable formada por Monique y Emile Jung, expertos restauradores alsacianos que recuerdan aquellos tiempos -no tan lejanos- en los que "Spinelli reunía a un grupo de idealistas europeos y hacían historia aquí, en nuestro restaurante". "Solían reunirse tarde por la noche, después de las sesiones políticas, y pasaban largas horas en el salón Ackermann hablando y tomando notas. A veces la conversación subía de tono, pero siempre bajo el marco de la cordialidad. Spinelli era muy efusivo, defendía sus ideas con vigor", cuenta Monique Jung, quien se muestra orgullosa de contar entre su selecta clientela al ex presidente francés Valery Giscard D'Estaing y al todavía presidente de la Comisión (Ejecutivo) de la Unión, Romano Prodi. "Los dos son unos grandes «gourmands»", comenta Monique, quien sin embargo no quiere hacer comentarios personales más directos "por respeto a la categoría de ambos personajes", puntualiza.


El cocodrilo disecado
En la víspera de unas elecciones al Parlamento Europeo que parecen marcadas por los debates de política nacional en los respectivos Estados miembro y por la apatía general, Monique Jung considera que la buena gastronomía sirve mejor a los propósitos de la construcción europea que largas horas de debates parlamentarios. "En torno a una buena mesa, coexisten toda una serie de elementos personales que contribuyen notablemente a distender el ambiente y a favorecer la consecución de pactos, de acuerdos.

Con una buena copa de Burdeos se pueden conseguir maravillas", asegura la dueña del "Cocodrilo", situado en una tortuosa callejuela, la Rue del Outre, a pocos pasos de la catedral de Estrasburgo, en Alsacia, al borde de la frontera con Alemania.

"Está claro que Europa se construye más con las viandas que con la burocracia, la Unión debe ser gastronómica. Todos podemos enriquecernos de las cocinas de los demás", afirma Jung, quien admite que ha recibido ya algunas propuestas para que sus chefs, entre los más reputados de Francia, piensen en crear en breve un "menú Spinelli" en honor al político italiano. (DPA)