| miércoles, 02 de junio de 2004 | ¿Fiebre estás? Alertas sobre riesgos de la automedicación en los niños Las bajas temperaturas propician la aparición de enfermedades que en lo niños suelen estar acompañadas por unas líneas de fiebre. La tendencia generalizada es suministrar antitérmicos que hacen descender la temperatura corporal. Sin embargo, esta práctica es desaconsejada porque retrasa la consulta con el médico y puede traer serias consecuencias para el niño además de mantener oculta la verdadera causa del síntoma. Por esto, laboratorios Pfizer de Argentina lanzó la campaña "¿Fiebre estás? En este juego sólo tu médico sabe jugar" destinada a concientizar acerca de la importancia de consultar al médico antes de automedicar a los niños.
La doctora Velia Peralta, jefa del departamento de pediatría del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, explicó a La Capital que "la fiebre puede ser el síntoma de una enfermedad banal o de algo grave. Es probablemente la manifestación más frecuente en los niños y una de las más importantes", indicó.
Existe un delicado mecanismo llamado termorregulación que permite establecer un equilibrio entre bajas y altas temperaturas de modo tal que en el estado de salud (aunque con ligeras variaciones) se mantiene entre 36º y 37º grados medida en la axila. Cuando la temperatura sube más empieza la fiebre.
Algunos factores pueden aumentar la temperatura corporal, como por ejemplo, al realizar ejercicios intensos, cuando la temperatura y humedad ambiente son elevadas (golpe de calor), con exceso de abrigo, cuando hay escasa ingesta de agua (riesgo de deshidratación), en situaciones de estrés y como consecuencia de la ingesta de drogas o medicamentos.
El centro termorregulador del organismo se encuentra en el hipotálamo. Durante las infecciones y otras enfermedades se liberan sustancias que lo alteran. Entonces el centro termorregulador se programa a un nivel más alto que el normal, percibe la temperatura como si fuera demasiado baja y promueve un aumento de la temperatura, activando la ganancia de calor.
Aunque la fiebre despierta preocupación en realidad "es un mecanismo de de defensa que activa al sistema inmune facilitando la neutralización de los microbios", aclara Peralta.
¿Qué hacer? Si bien en ocasiones la fiebre puede ser el único signo que se manifiesta en una enfermedad grave, la mayoría de las veces va acompañada de síntomas como decaimiento, inapetencia, cansancio, molestias musculares y articulares, mayor sensibilidad de la piel, cefaleas y malestar general.
Ante la aparición de fiebre (más de 38º), se pueden seguir los siguientes consejos:
* Quitar la ropa.
* Mojar la piel con agua tibia.
* Administrar un baño de inmersión.
* Asegurar el bienestar en los brazos de la mamá.
* No interrumpir la lactancia materna.
En cuanto a la medicación indicada en estos casos, la médica se manifestó cautelosa. "No es bueno que los padres automediquen", subrayó. El pediatra será quien indique los antitérmicos (paracetamol-ibuprofeno). "No es aconsejable utilizar aspirina, ya que puede desencadenar una enfermedad más compleja como encefalopatía o hepatopatía", agregó, y ratificó la importancia de acudir al pediatra porque "la fiebre puede ser la única manifestación de una enfermedad grave y automedicar puede demorar la consulta y el diagnóstico".
La campaña nacional consistirá en la distribución de afiches en sanatorios y hospitales con recomendaciones.
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