Un paciente que necesita tratamiento

El consejo médico del Agudo Avila hacia el llamado "loco del puñal"

En marzo lo detuvieron por seis ataques a personas en la calle. No hay novedad sobre su imputabilidad

Las autoridades del Hospital Neuropsiquiátrico Agudo Avila, donde recibe atención el hombre acusado de una serie de ataques contra peatones cometidos en marzo pasado, aseguran que el tratamiento iniciado tras su detención no debe ser interrumpido. El paciente es Alejandro Ruffa, de 37 años, que fue apresado tras una serie de ataques asignados a una figura bautizada "loco del puñal". Su situación volvió a plantearse en los medios ayer, al trascender supuestos cambios en su situación procesal, aunque tanto el director del Hospital como la representante legal de la institución lo negaron.

Ruffa está acusado de al menos seis ataques con elementos punzo cortantes cometidos en el radio céntrico entre el 6 y 7 de marzo. Las víctimas fueron hombres agredidos sin motivo alguno con un cuchillo o una botella rota mientras caminaban por la calle. Las heridas fueron leves en todos los casos.

El expediente judicial iniciado tras los ataques está a cargo del juez Juan José Alarcón, quien aún no dictaminó si Ruffa pudo comprender o no la criminalidad de sus actos, confirmó a La Capital la abogada del hospital, María de las Mercedes Sentis.


Resguardado en el hospital
"En razón de que necesita tratamiento, el juez prefiere mantener a Alejandro resguardado en un lugar de internación", explicó la profesional. Ruffa se encuentra en el Agudo Avila desde el 18 de marzo pasado, cuando una junta de médicos forenses compuesta por Alicia Cadierno, Alberto Gagliardi y Carlos Elías confirmó que el hombre era peligroso tanto para terceros como para si mismo y explicaron que cometió los ataques porque se sentía en peligro.

En su lugar de internación, Ruffa tiene custodia policial permanente, dado que se encuentra procesado por los ataques. Como miembro de la comunidad terapéutica, participa de todas las actividades que realizan los pacientes, con las restricciones que le impone su situación de detenido.

El director del hospital de calle Suipacha, Horacio Bucci, aseguró que Ruffa "tuvo una buena adaptación", aunque remarcó que tiene una "estructura subjetiva psicótica", por lo cual requiere que su tratamiento continúe.

El médico explicó que la "línea que separa la imputabilidad de la inimputabilidad es muy delgada, se analiza caso por caso, y en algunos queda más clara que en otros". En el caso de Ruffa, la situación no está tan clara.

Los ataques por los cuales se encuentra procesado ocurrieron entre el 6 y 7 de marzo pasado, en la calle. El primero ocurrió el sábado a la mañana, cuando el portero Héctor Basualdo, de 47 años, fue agredido en Cochabamba y Presidente Roca. Esa noche, cerca de las 23, fue herido Nahuel Montironi, de 18 años, en La Paz y España. Al día siguiente, a las 10, fueron atacados Gastón Bejarán, de 18 años, en Mendoza y Dorrego; Alberto Miguel Uranga, de 50 años, a las 11.30 en la plaza de Córdoba y Moreno; Federico Alfenson, de 23 años, en España y Rioja; e Ignacio Stefano, también de 23, en Montevideo y Corrientes.

Ruffa había intentado comenzar un tratamiento terapéutico años antes, aunque no lo concretó. A esa demanda de ayuda, que no se plasmó, se sumó a su historia otro episodio que, según sus allegados, lo dejó marcado. En los años 90, Ruffa se alistó en el ejército de Italia y estuvo en Somalía como miembro de una fuerza de paz de las Naciones Unidas que fue denunciada por tortura y abusos.

El delito por el cual lo acusan es el de lesiones leves, que es excarcelable. Pero por el momento Ruffa permanece internado y en tratamiento psiquiátrico.

El 17 de marzo pasado Alejandro Ruffa ingresó detenido al psiquiátrico Agudo Avila.