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 miércoles, 02 de junio de 2004

Shiítas enardecidos pidieron la renuncia del presidente paquistaní
Durante los funerales de las víctimas del atentado del lunes a una mezquita se produjeron graves incidentes

Karachi. - Miles de furiosos shiítas paquistaníes se enfrentaron ayer con la policía durante los funerales de la mayoría de los 20 muertos en un ataque suicida sectario el lunes a una mezquita de la ciudad portuaria de Karachi. La policía antimotines disparó gases lacrimógenos y tiros al aire para contener a los miles de personas que se reunieron para los funerales, mientras que algunos de los enardecidos asistentes les arrojaron piedras e incendiaron varios vehículos y la sede de un banco. En la protesta se oyeron cánticos contra Estados Unidos y contra el presidente paquistaní Pervez Musharraf.

"No confiamos en la policía ni en los guardias de distrito porque no pudieron proteger nuestras mezquitas", comentó el alto clérigo shiíta Hasan Zafar Naqvi. "Exigimos al gobierno que despliegue el ejército para garantizar la seguridad", agregó. Las ceremonias de los funerales se realizaron frente a la mezquita Ali Raza Imam Bargah, en una de las calles más transitadas de Karachi, donde se produjo la explosión, durante las oraciones de la tarde del lunes. Además resultaron heridas 50 personas, algunas de gravedad, y tres shiítas murieron en choques con la policía.

Según los investigadores, se encontró un cuerpo en el lugar del ataque que se está examinando para ver si corresponde al de un atacante suicida. "Podría ser un ataque suicida", reconoció el investigador Manzoor Mughal, que explicó: "No vimos ningún cráter en la mezquita, lo cual indica que fue un ataque suicida", comentó.

Este atentado se produjo un día después del crimen, también en Karachi, del prominente clérigo sunita y mentor espiritual de los talibanes afganos, muftí Nizamuddin Shamzai, crimen que causó graves disturbios en la ciudad. La policía comentó que puede tratarse de actos de venganza entre sunitas y shiítas.


"¡Abajo Estados Unidos!"
Miles de furiosos shiítas dolidos se golpeaban el pecho y coreaban "Dios es el más grande". Amigos y familiares cargaban los ataúdes envueltos en telas blancas y negras. Algunos sacudían palos de madera y barras de hierro y coreaban "¡Abajo Estados Unidos!". Muchos otros coreaban consignas contra el presidente paquistaní Pervez Musharraf. Un grupo de policías y efectivos paramilitares de los 15.000 efectivos desplegados en un fallido intento de proteger las mezquitas shiítas mantuvieron distancia después de los motines del lunes, en las que los furiosos manifestantes prendieron fuego a 20 vehículos, dos estaciones de servicio y a un banco local.

Los comercios y negocios del principal distrito comercial de Karachi estuvieron ayer cerrados. La muchedumbre incendió locales de las cadenas de comida rápida Kentucky Fried Chicken y McDonald's en el suburbio de Gulshan-e-Iqbal, mientras que en la zona de Ancholi fueron quemados restaurantes, tiendas y estaciones de servicio. (Reuters y AFP)

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Los manifestantes quemaron vehículos.

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