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 miércoles, 02 de junio de 2004

Otra jugada de Sandra Mariela Cabrera
La edil del ARI trucho que no logró asumir ahora pidió ser declarada pobre
Es para no pagar la tasa de un juicio que ella inició

Sandra Mariela Cabrera no deja de sorprender. En 2001 quiso ser concejala y consiguió los votos necesarios para llegar al Palacio Vasallo mediante una trampa electoral, aunque después no la dejaron asumir. Después se supo que desde 1994 cobra una pensión graciable, aunque ella dijo que es para su mamá. Más tarde se conoció su participación en una operación del fútbol profesional: invirtió 100.000 pesos en un jugador y cuando lo vendieron al exterior ganó 35.000. Curiosamente, ahora pidió a la Justicia que la declare "pobre". Y no le fue tan mal: le perdonarán el 40 por ciento de la tasa obligatoria por un juicio que ella misma inició, con lo que se ahorrará unos 7.000 pesos.

Cabrera es aquella candidata que casi entra al Palacio Vasallo como postulante de Ahora Reales Ideas. Con ese nombre su boleta parecía la del ARI de Elisa Carrió. Aunque ella dijo que los votos eran propios porque mucha gente la conocía "por haber trabajado en boliches de la ciudad" (La Capital, 18 de octubre de 2001), hubo coincidencia general en que la utilización de la sigla confundió a muchos votantes y la ayudó a ganar. Por eso la llamaron la concejala del ARI trucho.

Pero los ediles jamás le dieron el diploma y Cabrera no pudo ocupar la banca. Su jugada (que hizo recordar a Rubén Bermúdez, clon de Carlos) disparó andanadas de críticas, especialmente de los candidatos del ARI legítimo. Ahora ella los querelló (están incluidos los concejales Gustavo Gerosa y Alberto Cortés) y también les inició una demanda por daños y perjuicios. Aspira a percibir un resarcimiento por más de 130.000 pesos.

Eso sí: Cabrera no está dispuesta a pagar los costos del juicio. Por eso inició lo que se llama un "incidente de pobreza": pidió que la declaren pobre. Argumenta que no tiene un trabajo y que no percibe ingresos fijos. Según ella, sólo cuenta con la pensión de 192,50 con la que fue beneficiada por 10 años.

La Justicia ya comprobó que al menos no tiene propiedades a su nombre, pero el magistrado que se ocupó del caso no dejó pasar por alto aquella operación futbolística de 1999, en la que Cabrera obtuvo una ganancia equivalente al 34,42 por ciento de los 100.000 pesos que invirtió a través de la empresa Calcio SA en el pase del futbolista Walter Gaitán a un club mexicano.

La conclusión del juez correccional Daniel Acosta es que Cabrera aún debe contar con parte de ese dinero, razón por la cual no es pobre como ella pretendía. Por eso tendrá que erogar el 60 por ciento de los costos de la querella penal y el juicio civil contra Gerosa, Cortés y compañía.

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Cabrera logró una banca en el Concejo en el 2001, pero nunca consiguió asumir.

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