Al Club Atlético Provincial

El 25 de mayo es para los argentinos el día patrio más importante. Pero para los auténticos provincialistas es aún más. Es que ese día nuestra institución cumplió exactamente 101 años. Días antes de ese acontecimiento el encargado de deportes, Marcelo Lizi, tuvo la gentileza de invitarme a participar de este aniversario como hijo de un ex presidente fallecido. Por circunstancias especiales, desde que falleció mi padre en 1979, dejé de concurrir, pero quede constancia de que pasé mi niñez y juventud disfrutando lo que era para mí la segunda casa. Al ingresar al club me entró tanta nostalgia que no pude contener las lágrimas. Es que de inmediato empecé a recordar entre otras cosas los famosos bailes de carnaval, las milongas de los domingos, las elecciones internas del club. Pasé por la sala de juegos de naipes, llegando a mis oídos las discusiones sanas entre otros de: Cura, Fasce, Petersen, Stramazzo y por supuesto mi viejo. Recordar los canteros llenos de flores y que en aquel entonces el ex presidente doctor Koller te suspendía si llegabas a arrancar una flor. Ver el ex quiosco del gordo Chiche, etcétera. El festejo se hizo en el salón de la ex comisión directiva. Al subir las escaleras y ver la foto de mi padre entre los ex presidentes se me puso la piel de gallina. Ingresar y sentarme allí, fue un honor, en esas hermosas sillas forradas en felpa, lugar en que a través de los años directivos leales tomaron decisiones muy importantes. Como punto final tuve el hermoso gesto de ser nombrado socio honorario, halago que acepté pero considero que esa mención la merece por lo que fue, en el recuerdo, mi querido padre Jaime Olive. ¿Quién fue Jaime Olive? Fue sencillamente una persona humilde y honesta como lo fueron entre otros José Cura, Juan Fasce, Salvador Bonilla, como también el ex presidente de Gimnasia y Esgrima, Danilo Héctor Irazoqui, fiel contrincante en aquellos recordados bailes de carnaval de los 60 y 70. Ellos forjaron con sacrificio todo lo que otros dirigentes posteriores ambiciosos y mezquinos destruyeron en poco tiempo. Por eso para terminar este relato le ruego a toda esta gente joven que está al frente del club, en especial a Marcelo Lizi, que con sacrificio y amor propio lleven a Provincial al sitio que merece por su trayectoria e historia social y deportiva. Ustedes los responsables tienen la gran oportunidad de quedar en "el bronce" como así quedaron los legendarios dirigentes luchando hasta el último aliento por su preciada camiseta provincialista.

Jaime Santos Olive