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 domingo, 30 de mayo de 2004

Portalesi cuelga los botines a los 74

Javier Parenti / La Capital

Ya está pensando en el retiro del fútbol. Y..., con 74 años es previsible. El físico le da y la cabeza le responde, por eso todavía se prende en las canchas de once, ya no como aquel veloz wing izquierdo pero sí en la zona central aprovechando su velocidad mental y experiencia para meter pelotas a los pibes más jóvenes. Sí, Horacio Portalesi todavía se banca una hora de fútbol tras 59 años de futbolista.

Una carrera que arrancó en 1945 en la 1ª local de Provincial, en el torneo Molinas, frente a Rosario Central. Justamente el equipo al que tres años después fue a préstamo "junto a L'Epíscopo y Gentile". Ahí dónde no alcanzó a debutar en primera pero sí actuó en reserva.

En los Rojos de Provincial jugó desde pibe y su rapidez y buen juego enseguida le permitieron llegar a la primera local, que jugaba en la Rosarina, con 15 años.

"El debut justo fue contra Central, en un partido clave porque ellos estaban un punto arriba. Les ganamos 2 a 1 y marqué el primer gol. Quise tirar un centro de cachetada y la pelota se le coló a Poy, un arquero que después triunfó en Brasil. Pero ni lo festejé, me quedé mudo. Si temblaba como una hoja en medio de una cancha llena, porque entonces Provincial tenía tribunas", rememora Portalesi.

De ese partido también recuerda cuando "estaba por firmar la planilla veo que se para al lado un grandote. Era Constancio Rivero, que jugaba de centrehalf en primera pero que lo habían bajado porque era un partido muy importante -también jugaron Casalini, Fogel y Harry Hayes-, y al verme me dijo «pibe, no te hagas problema, pura pinta»".

"Nuestra delantera era conmigo por derecha, Scalona, Juan Manuel López, L'Epíscopo, que marcó el gol del triunfo, y Luján. Me acuerdo que después del partido me dieron 50 pesos, que ni vi porque los agarró mi viejo -un siciliano al que no le gustaba el fútbol- y sólo me dio 5 pesos para ir al matiné con los chicos".

Y en Central se acordaron de él. Entonces en el 48 se lo adquirieron a Provincial. Pero en los auriazules no tuvo lugar. "Había unos punteros bárbaros como Marracino, Vidal, Vilariño y De Cicco. Por eso sólo jugué en primera un amistoso con Paysandú".Al no tener lugar entre los auriazules, Gimnasia de La Plata se lo llevó a préstamo "cuando ellos vendieron a Italia a los creadores del «toco y me voy», que eran Pentrelli y Maravilla. Pero era muy pibe y no jugaba en primera porque en esos equipos había cada jugadorazo".

Entonces volvió a Central y de ahí a préstamo a varios equipos del interior "entre ellos Arteaga, Sport Club de Cañada de Gómez y en Leones" y cuando cumplió los 23 años empieza lo mejor de su carrera. "En 1952 y 1953 jugué en Central Córdoba -en la delantera que formábamos con De Vito, Indalecio López, Hermenegildo Rodríguez, García y yo-, en los torneos de la segunda división de ascenso de la AFA y el torneo local. Y después, como Vicente de la Mata agarró de técnico y no nos tuvo en cuenta me dieron a préstamo. Ahí empecé mi extensa carrera por «la campaña»".

Cómo será que entre el 54 y el 58 lució la verdiblanca de 9 de Julio de Arequito, que lo adquiere en forma definitiva en el 56, en 15.000 pesos.

"Jugué 7 años en esa primera. Fue sensacional. Teníamos unos equipos bárbaros. Allá me apodaron Patito. Además, conocí al mejor amigo que me dio la vida, Rodolfo Giménez. Al punto que hasta nos propusimos comprar una casa al lado de la otra y lo hicimos, siempre vacacionamos con nuestras mujeres hasta que hace poco falleció".

Y en el 59 llega a Central Argentino de Casilda, al año siguiente cambia por Atlético Pujato y después defendió varias camisetas antes de retirarse del fútbol rentado en 1971, con 42 años, en Sportsman de Villa Cañás.

"Ya me daba vergüenza jugar al lado de los pibes, además como siempre fui peladito parecía más grande todavía. Por eso me fui. Ni el presidente me convenció para que siga. Y así como volví a Provincial, para jugar en el torneo interno, en San Martín. Hasta que en el 2002 dije basta. Tenía 73 años y la mayoría de los que jugaban tenían entre 55 y 60. Me la rebuscaba bien, pero... Entonces, preferí seguir jugando con amigos y con mi familia".

Entonces creó un equipazo del corazón. "Le pusimos Los Veloces. Jugamos con mi hijo, que ahora tiene 51 años, mis dos nietos y con dos sobrinos nietos. Qué mejor".

Sin embargo la cancha de once le seguía tirando: "A la vez seguí jugando con amigos en la canchita que está al lado de Prefectura, cuando bajás por Sargento Cabral, todos los domingos a la mañana. Pero hace un par de meses que no voy, es que estoy evaluando no volver a jugar. Ya me lo pidieron en casa y creo que tienen razón. Ya es hora que deje el fútbol. Si en octubre cumplo 75". l

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Portalesi con la foto de los veteranos rosarinos.

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