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 domingo, 30 de mayo de 2004

Ortodoncia invisible: sonrisa sin aparatos

Hasta hace pocos años parecía imposible. Muchas personas no afrontaban un tratamiento de ortodoncia simplemente por no mostrar los aparatos. Cuando un adulto tiene los dientes apiñados difícilmente exponga una sonrisa plena.

Un adolescente con ortodoncia no llama la atención de sus congéneres porque varios de ellos llevan aparatos parecidos y sabemos que el mal de varios no deja de ser un consuelo.

En cambio un adulto podría ser el único en su medio laboral que ostenta la aparatología poniendo en evidencia el defecto que se quiere ocultar. La ortodoncia invisible cubre esa inquietud.

No es magia, ni aparatos transparentes, simplemente no se ve porque los bracketts (las chapitas) se cementan por detrás de la cara visible de los dientes y la posición de éstos se corrige de manera imperceptible.

Los bracketts son completamente diferentes a los de la técnica convencional; se adhieren a la cara lingual de los dientes. Justamente por eso se llama técnica lingual porque contacta con la lengua y no con los labios. Presentan una superficie plana que no lesiona los tejidos.

El período de adaptación no supera las 2 semanas. Este tiempo sirve para acostumbrarse a masticar los alimentos y a posicionar la lengua sobre la aparatología para la pronunciación de algunas letras. Este período permanece inadvertido. Como para el tratamiento ortodóncico convencional, se requiere un único requisito: una higiene estricta y meticulosa.

El principal motivo por el cual un adulto requiere un tratamiento ortodóncico no es sólo estético sino funcional. Los dientes mal posicionados no soportan las fuerzas masticatorias de una forma biológica y saludable.

Con el paso del tiempo aparecen caries interdentales porque es imposible eliminar la placa bacteriana y el sarro acumulados cuando los dientes están apiñados. Estos invaden los cuellos y la raíz dentaria introduciéndose por debajo de la encía. Con el paso del tiempo se lesiona el hueso, que es el verdadero tejido de sostén que mantiene los dientes firmes en la boca y aparece la tan temida movilidad dentaria. Las causas de la pérdida de los dientes son las bacterias y el trauma originados por la mala posición. La ortodoncia devuelve la posición ideal para los huesos maxilares.

Si bien la consulta con el odontólogo es por motivos estéticos el tratamiento devuelve también la salud dentaria.

María Montanari

Odontóloga

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