| domingo, 30 de mayo de 2004 | Por dirigentes que nos representen Vivimos en un país que no nos contiene. Siempre estamos expuesto a convertirnos en víctimas. Permanentemente hay damnificados por acción u omisión de nuestros dirigentes. Se nos mueve por amenazas de pérdidas de aquello que ya hemos alcanzado. O directamente lo perdemos. Estamos viviendo en constante resguardo de nuestras necesidades básicas: seguridad física, trabajo, alimento, educación. Eso nos quita energías para construir nuestras vidas. Ante esto vemos dirigentes que no discuten ni se sientan a debatir sobre cómo convertir a nuestra Patria en un lugar confortable, no violento ni violable. No vemos dirigentes que obedezcan la Constitución ni que les interese hacerlo ni la defiendan con convicción. No encontramos reglas claras de juego que nos permitan predecir el futuro. Discuten en los medios como viejas conventilleras que se endilgan viejas cuestiones o posturas inadecuadas, sin sustentar en su decir y en su accionar las propias posibilidades de cambio. Seguimos viendo que manipulan las leyes según sus conveniencias violentando con su accionar la voluntad popular. Negocian entre los diferentes partidos para ver con qué parte de la torta se pueden quedar. La oposición no actúa como controlar, cumpliendo la función necesaria para tener una organización por partidos. ¿Tiene que haber un muerto para que modifiquen las leyes penales?, ¿tiene que haber un muerto para todo? ¿no se construye en función de la vida? Se trabaja por la fuerza aunque vayan perdiendo grados de representatividad. No les interesa. Se trabaja en función de la gobernabilidad (que en sí encierra la posibilidad de hacer lo que se les dé la gana y no aquello para lo que la gente los votó) en vez de bregar por una mayor representatividad (tener poder por haber logrado el suficiente caudal de votos genuinos de gente que quiera que estén porque lo que hagan va a ser por el bien de todos). Permanecen en sus puestos no por amor a lo que hacen, no por voluntad de servicio (¿qué ilusa pretender esto, no?), no por hacer y construir una Patria donde sea un placer vivir, sino porque no le van a dar el lugar a otro. Queremos que dejen de contaminar nuestra vida y nos muestren gestos de cambios, gestos generosos. Queremos el fin de las mentiras y un país mejor. Si no pueden lograrlo por lo menos no nos dejen sin salidas.
Stella Maris Coniglio
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