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 sábado, 22 de mayo de 2004

Boda real. Unos 1.400 invitados, entre monarcas, miembros de la nobleza y estadistas de todo el mundo, asistirán al festejo
Felipe y Letizia convierten a Madrid en el escenario de un cuento de hadas
El enlace del heredero español se tornó en el acontecimiento social más importante de Europa

La boda entre el príncipe heredero Felipe y la periodista Letizia Ortiz convierte hoy a Madrid en el escenario de un cuento de hadas hecho realidad, un espectáculo que será presenciado por más de un millón de personas en las calles de una ciudad sitiada por las fuerzas de seguridad ante el temor a un atentado terrorista.

El casamiento, que costará alrededor de 20 millones de euros (unos 24 millones de dólares) y podrá ser seguido en directo por 1.200 millones de televidentes en todo el mundo (lo que dejará a la alcaldía madrileña unos mil millones de dólares en concepto de publicidad), reunirá en la catedral de La Almudena a 1.400 invitados, entre ellos una treintena de jefes de Estado y de gobierno así como representantes de las casas reales de todos los rincones del planeta.

Con ello, la primera boda de un monarca o heredero español desde 1906, cuando contrajeron matrimonio Alfonso XIII, bisabuelo de Felipe de Borbón, y la inglesa Victoria Eugenia de Battenberg, se convierte en el acontecimiento social más importante en Europa desde el enlace del príncipe Carlos de Inglaterra y Diana Spencer en 1981.

Anoche comenzaron las celebraciones oficiales con una cena de gala en el Palacio de El Pardo, en las afueras de Madrid, de cara a la boda. Fueron invitados a la cena las familias de los contrayentes y los miembros de las diversas casas reales que viajaron especialmente a la capital española para la ocasión, así como jefes de Estado y gobierno de todo el mundo. Los alrededor de 350 invitados fueron recibidos por el rey Juan Carlos y la reina Sofía, quienes ofrecieron primero un aperitivo en el patio de los Austrias. Tal como habían pronosticado los meteorólogos, llovió.


Los invitados
Los reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, recibieron anoche a unos 350 invitados. Los monarcas llegaron con los novios, las infantas Elena y Cristina y sus esposos, Jaime de Marichalar e Iñaki Urdangarín, bajo una lluvia intensa.

La futura princesa de Asturias lucía un espectacular vestido de Lorenzo Caprile confeccionado en shantung de seda natural de color platino y encaje chantilly, rebordado a mano con pedrería y canutillos de cristal tornasolado en la cola y con grandes cuellos al bies que dejaban sus hombros al descubierto.

Letizia Ortiz, que llevaba el pelo recogido, completaba su traje de gala con un aderezo montado en platino de zafiros, perlas y brillantes, que pertenecía a la madre del rey, doña María de las Mercedes, y con el que los soberanos le obsequiaron el día de su compromiso con el heredero de la Corona, el 6 de noviembre de 2003 en El Pardo. Los zapatos eran un diseño exclusivo de Pura López.

La reina Sofía eligió un sobrio vestido de color beige y oro elaborado por el célebre diseñador español Manuel Pertegaz, creador del traje con el que la novia dará el "sí quiero" al príncipe hoy en la catedral de la Almudena.

Las infantas vestían sendos modelos en verde esmeralda y los hombres iban de etiqueta. Poco después, llegaron los padres de la novia, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, que normalmente se viste de manera muy informal y sorprendió con un traje de encaje muy entallado en colores negro y burdeos de inspiración española.

En el Patio Central del Palacio, un edificio cuyo origen se remonta a Carlos V, Don Juan Carlos y Doña Sofía abrieron una línea de saludo que continuaba con Don Felipe y Doña Letizia, y los padres de esta, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano.

La Infanta Elena y su esposo, Jaime Marichalar, y la Infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarín, completaban el grupo que dio la bienvenida a los 345 asistentes a la cena que fue luego servida por los cocineros Juan Mari Arzak y Ferrán Adriá en el Patio de los Borbones.

Ante un gran tapiz del siglo XVI, y rodeados por reposteros con los escudos de Felipe II, Felipe V, Isabel II, y Alfonso XIII, como recuerdo de la continuidad dinástica, los invitados saludaron a los anfitriones.

El rey tuvo expresivos gestos de saludo con los cuatro abuelos de doña Letizia quien, en su turno, fue estrechando a cada uno de ellos con un cariñoso y prolongado abrazo.

La primera en llegar fue Beatriz de Orleans, acompañada por dos de sus hijas, momento en el que comenzaron a caer las primeras gotas. El último, el príncipe de Gales, con quien cesó la lluvia, aunque el cielo seguía igual de negro.

Los reyes, los novios -Doña Letizia con un traje gris plata-, los duques de Lugo y los de Palma de Mallorca llegaron a las 19.40 (hora local, 12.40 de Argentina) a la puerta principal del Palacio, flanqueada por alabarderos. Sonrientes, posaron para los fotógrafos. Minutos antes, habían entrado los padres de la novia, Paloma Rocasolano y Jesús Ortiz, del brazo. En otro grupo, más tarde, lo hicieron los abuelos paternos, Menchu Alvarez del Valle y José Luis Ortiz, y maternos, Enriqueta Rodríguez y Francisco Rocasolano, acompañados por sus nietas Telma y Erika, hermanas de la novia.

El gobierno español estuvo representado por su presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa, con un traje rojo de gran escote en la espalda. Entre los presidentes europeos invitados a la boda estuvieron en el Pardo, el de Portugal, Jorge Sampaio; el checo Vaclav Havel; el de Alemania, Johannes Rau, y de Irlanda, Mary McAleese. De los latinoamericanos, estuvieron, acompañados por sus esposas, los de Ecuador, Lucio Gutiérrez; Colombia, Alvaro Uribe; Nicaragua, Enrique Bolaños, y El Salvador, Francisco Flores; además de las primeras damas de Costa Rica, Bolivia y Perú.


Arafat no pudo ir
Un estadista que no pudo estar en El Pardo es el presidente de la Autoridad Palestina, Yaser Arafat, que telefoneó al rey para manifestarle sus deseos de felicidad para el príncipe y su prometida.

Varias son las casas reales árabes que han enviado representantes a la boda, y que anoche cenaron también en El Pardo. Es el caso de Arabia Saudí, Qatar, Bahrein y Emiratos Arabes. Y de Asia, como la de Thailandia y Brunei. De los últimos en llegar fueron los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia, acompañados por la princesa Victoria, su heredera.

Una vez concluida la bienvenida, la familia real, Doña Letizia y sus padres se unieron a los invitados en el Patio de los Austrias, que, como el resto de los patios del palacio, está cubierto por una cristalera. Allí fue servido el aperitivo.

Luego, todos pasaron al Patio de los Borbones. La mesa principal estuvo presidida por el príncipe de Asturias, flanqueado a su izquierda por su prometida, y a su derecha por la reina Margarita de Dinamarca. El rey, en su mesa, tuvo a su izquierda a Paloma Rocasolano, y a su derecha a la reina Beatriz de los Países Bajos. (AFP, Reuters, DPA y Télam)

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Letizia, el príncipe Felipe y los reyes en El Pardo.

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