Marcha por dos adolescentes víctimas del tránsito

Tenían 16 años y murieron en Pueblo Esther. Los manifestantes creen que el conductor debería estar preso

Familiares y amigos de dos adolescentes de 16 años que murieron en un accidente ocurrido en marzo pasado, en Pueblo Esther, marcharon por las calles de esa localidad. Los parientes consideran que el conductor que los atropelló cuando viajaban en una moto no debería estar en libertad. Ellos creen que están frente a un doble homicidio simple y por lo tanto el automovilista debería estar entre rejas. Aunque en una primera lectura el juez correccional actuó de acuerdo a lo que establece el Código de Procedimientos ya que se trata de un homicidio culposo -no intencional- y corresponde la excarcelación.

El accidente ocurrió a las 18.30 del 14 de marzo pasado. Juan Manuel Orfei y Cristian Zacarías, ambos domiciliados en Pueblo Esther, regresaban a sus casas por la ruta provincial 21. Los chicos circulaban en un ciclomotor Zanella de 50 cc. a escasa velocidad.

Cuando los adolescentes llegaron al kilómetro 12,500 se produjo la trágica colisión. En sentido contrario viajaba Uriel Castrichini, de 26 años, en un Volkswagen Gol. El encontronazo fue tremendo. El auto impactó frontalmente contra la moto y despidió a los chicos a una de las banquinas. Allí la policía los encontró muertos. Según la versión policial, Castrichini se movilizaba a excesiva velocidad y sobrepasando vehículos en forma imprudente.

Anoche los familiares de los pibes caminaron en silencio por las calles de Pueblo Esther. Su paso cansino estuvo iluminado por las velas encendidas que llevaban en su manos. Los padres de los chicos fallecidos estaban desconsolados mientras a su lado un hombre expresaba la angustia de las familias. "Hicimos esta marcha porque queremos que se haga justicia. Hasta ahora el caso está estancado. No puede ser que este muchacho que mató a dos pibes de 16 años esté suelto", le dijo a un movilero de Canal 3.

Castrichini vive en esa localidad y los parientes de los chicos lo cruzan casi a diario en la calle. El padre de Cristian parecía sereno y su rostro reflejaba cierta resignación. El hombre primero reconoció que fue "un accidente de tránsito", pero después sostuvo que el suceso "está al borde del doble homicidio (se refería a intencional o por negligencia grave o dolosa). Me parece que debería estar (el conductor del auto) en la cárcel", aseguró.

La madre de Juan Manuel lucía más elocuente y puso más énfasis en su reclamo. "Pedimos justicia por la memoria de nuestros hijos. Esto tiene que cambiar para los hijos que nos quedan vivos y para todos los chicos".