Editorial

Marihuana: crece el riesgo

El consumo y la dependencia del cannabis han experimentado una peligrosa evolución en los Estados Unidos, de acuerdo con los resultados de un estudio reciente. Mientras tanto, en la Argentina -aunque se halla lejos de tan preocupante nivel- el consumo de la droga se extiende entre jóvenes sin trabajo, educación ni horizonte. Urge dar respuestas.



Un reciente estudio divulgado en los Estados Unidos generó honda preocupación entre quienes ven en el avance del consumo de drogas una de las más graves amenazas que acechan el progreso de la civilización occidental. Según informó la División de Epidemiología, Servicios e Investigación de la Prevención del Instituto Nacional contra el Abuso de Drogas norteamericana, la dependencia y el abuso de la marihuana aumentaron en la década de 1990 en la primera potencia del mundo, y la causa posible de este incremento es que la droga se ha tornado, en la actualidad, más potente.

   Las cifras que dispararon la alarma indican que la dependencia se incrementó del 1,2 al 1,5 por ciento, de acuerdo con el estudio que publicó la revista de la prestigiosa American Medical Association. En números más concretos, el porcentaje implica que una suma cercana a los ochocientos mil adultos adicionales está abusando de la marihuana o bien ya ha desarrollado una severa dependencia de ella. El fortalecimiento de los más de sesenta principios activos del cannabis, a partir de una sustancia química denominada THC (delta-9 tetrahidrocannabinol), ha incidido para que se produjera este nefasto fenómeno en el contexto de una cultura cuyos valores tienden a privilegiar el individualismo a ultranza. La dependencia de la marihuana es de raíz psíquica, pero no por ello reviste riesgos mucho menores que en los casos de las denominadas sustancias "duras". Entre sus características se incluyen la utilización compulsiva de la droga, el aumento de la tolerancia a sus efectos, la imposibilidad de mantener el control sobre la propia persona y su empleo persistente a pesar de los problemas psicológicos o físicos causados o acentuados como consecuencia del consumo.

   El fenómeno señala que, lamentablemente, el fumar "porros" se ha convertido en hábito dentro de vastas capas de la sociedad norteamericana, que contemplan su uso como natural y no censurable. Si se realiza una comparación con lo que sucede en la Argentina, no resultará difícil arribar a la conclusión de que en nuestro país dista de haber prosperado una tolerancia semejante ante tan grave vicio. Sin embargo, y crisis socioeconómica mediante con sus secuelas de desempleo, caída de la calidad educativa y cerrazón del horizonte personal para numerosos jóvenes, el consumo ha calado hondo. Para comprobarlo, acaso bastaría con investigar en base a los rumores sobre lo que ocurre en la tribuna popular durante cualquier partido de fútbol de los equipos de primera de esta ciudad: según se asegura, se puede contemplar cómo los cigarrillos de marihuana se consumen a plena luz del día sin que nadie lo reprima ni controle.