| sábado, 08 de mayo de 2004 | Chile ya tiene ley de divorcio, pese a la Iglesia Santiago. - Los chilenos que lo deseen podrán divorciarse en seis meses más, luego que ayer fuera promulgada oficialmente una nueva ley de matrimonio civil que introduce la normativa en el único país occidental que no aceptaba la disolución del vínculo matrimonial. La oposición a la nueva norma provenía de las filas eclesiásticas, antes que de la sociedad chilena.
La nueva ley, que surgió después de más de nueve años de debate legislativo, comenzará a regir en noviembre próximo y tendrá un carácter retroactivo, ya que podrán acceder a ella todos los matrimonios celebrados con anterioridad a su promulgación. "Este es un día doblemente histórico porque terminamos con una ley que regía desde hace 120 años y también con una farsa legal", dijo el presidente chileno Ricardo Lagos en la ceremonia de promulgación, en medio un cerrado aplauso de los asistentes.
La "farsa" a que aludió Lagos era la llamada "nulidad matrimonial", por la cual las uniones quedaban sin efecto, una fórmula que el mismo presidente invocó cuando se separó de su primera esposa, hace cuarenta años. A través de este mecanismo, los cónyuges -con la venia de un juez- acreditaban "errores" en el acta civil del día de la boda, como la dirección equivocada del domicilio de la novia o la alteración de la fecha de nacimiento del novio. Más de 6.000 parejas llegaban anualmente ante los tribunales para obtener la nulidad de sus matrimonios, según estadísticas oficiales, en una rutina cuyos detractores calificaban como "una hipocresía" con el aval de la ley.
La nueva normativa, dijo Lagos, "coloca al país en concordancia con el mundo de hoy", ya que tras su promulgación Chile dejó de ser la única nación occidental que no contaba con una ley de divorcio.
Aunque la mayoría de los chilenos apoyaba la iniciativa, la ley tardó más de nueve años en aprobarse en el Parlamento, por la férrea oposición de la Iglesia Católica, que incluso llegó a amenazar con la excomunión a los legisladores católicos que la apoyaran. Tras su aprobación, el pasado 11 de marzo, la jerarquía eclesiástica advirtió que llegaba a "un desacuerdo profundo" con el gobierno del presidente Lagos. El jueves, Lagos inauguró en Santiago el VII congreso mundial de masones, otro gesto que ciertamente cayó mal en la cúpula católica chilena. enviar nota por e-mail | | |