| sábado, 08 de mayo de 2004 | Ni las muertes de los soldados golpearon tanto Washington. - Las fotos de prisioneros iraquíes torturados por militares estadounidenses desestabilizaron esta semana a la Casa Blanca, algo que no habían logrado ni las constantes muertes de soldados ni la retirada de aliados de la coalición, y amenazan la permanencia en el cargo del secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
Hasta ahora, el presidente George W. Bush había logrado mostrarse firme y sin dejar entrever la más mínima duda frente a cada revés sufrido en Irak, bien fueran atentados, rebeliones, toma de rehenes o las repetidas muertes de soldados. Incluso después de la decisión de España, Honduras y Dominicana de retirar sus tropas de Irak, la Casa Blanca replicó asegurando que la coalición seguía siendo fuerte.
Pero la difusión hace una semana por el canal de televisión CBS de las imágenes de detenidos torturados en la cárcel de Abu Ghraib, alcanzó una repercusión que ni siquiera había logrado la publicación en portada del diario USA Today de los retratos de los soldados estadounidenses muertos en abril en Irak.
Las imágenes de las torturas asestaron un duro golpe a la administración Bush que, tras no haber encontrado las armas de destrucción masiva que sirvieron como pretexto para la guerra, justificó su invasión a Irak subrayando que con ella había liberado al pueblo del país árabe precisamente de los vejámenes a los que lo sometía el régimen de Saddam Hussein.
Rumsfeld, uno de los miembros más conservadores del equipo de Bush, se ha convertido en el centro de las críticas de la oposición demócrata, de la prensa e incluso del propio presidente. "Le dije que debía haber sido informado de las fotos", reconoció Bush, confirmando las noticias que señalaban que estaba furioso por haberse enterado de la magnitud de las torturas a través de los medios de comunicación. enviar nota por e-mail | | |