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 miércoles, 05 de mayo de 2004

candi
-Hace unos días atrás tratamos, Candi, el tema del divorcio y dijimos que en Rosario, y seguramente en otros centros urbanos, son más las separaciones que los casamientos. Señalamos también en esa oportunidad que una gran cantidad de separaciones se realizan de modo traumático, quedando en aquellos que formaron parte de la pareja un gran resentimiento.

-Lo recuerdo y recuerdo que dijimos que el enamoramiento, la pasión puede agotarse, que la convivencia podía tornarse imposible, pero que eso no justificaba que se terminara ese otro sentimiento cargado de amor que posibilitara una buena relación a pesar de la distancia. Sobre todo con miras a preservar la integridad emocional de los hijos.

-Bien, a propósito de lo tratado nos escribió Roberto Luis Veronessi, de Fray Luis Beltrán una carta que quiero leer.

-Adelante.

-"Señor Candi, quiero hacerle un comentario relacionado al artículo de su columna del día domingo 25 de abril de 2004, donde comienza diciendo "hasta que la muerte nos separe". Estoy de acuerdo con lo que usted manifiesta, que hay más divorcios que casamientos y no solamente en Rosario, en todo el país; en lo que no estoy del todo de acuerdo es cuando dice que se terminaron ciertos sentimientos. Usted también, bien dice que pueden argüirse muchas razones y enumera algunas, pero la principal, de estas razones, no la menciona. Si bien, evidentemente, se desgasta la relación de pareja, este desgaste, creo yo, se relaciona directamente con una responsable y adulta relación para conocerse. En otras palabras: cuando no hay un buen cimiento, la casa se cae; con esto quiero decir que existen dos o tres cuestiones fundamentales para saber si el cimiento va a ceder o no en una pareja normal que recién se inicia. Cuando digo normal y aplicando el sentido común, quiero decir que la pareja debe estar formada por un hombre y una mujer, y que deben tener entre 22 años y 25 años, (deberíamos ver también la vida de sus padres). Arrancando con estos datos si esta pareja se va conociendo de a poco formando un noviazgo "normal" -no menos de 4 años y no más de 6 años- luego se casan, pero se casan, con todas las de la ley, y no me digan que una firma no tiene nada que ver; sí, tiene que ver y mucho. Después deben vivir solos (en su casa) y estar dos años sin tener hijos y bueno, si se pudiera hacer una encuesta al azar veríamos los resultados, estoy seguro de que los matrimonios que reúnen más o menos estas condiciones serán los que perduren y ningún sentimiento se va a perder o por lo menos se va a hacer más difícil que se pierdan y nos dará tiempo a repensar la situación y así no perjudicar el futuro de los hijos. Señor Candi, hoy la mayoría de las personas (jóvenes y adultos) perdieron el respeto, la responsabilidad, no existe más la palabra, esa palabra que valía más que un documento. No sé qué pasa, tengo 48 años, 4 hijos adolescentes y tengo mucha bronca por todo lo que nos está pasando y... miedo. Gracias por dejarme expresar".

Candi II

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