| sábado, 10 de abril de 2004 | EEUU comienza a dar la espalda a la guerra Washington. - Un año después de la caída del régimen de Saddam Hussein, Irak se convirtió en una herida abierta para Estados Unidos y objeto de discordia entre los norteamericanos, esfumando la unidad nacional de hace un año a menos de siete meses de las elecciones presidenciales. Ya se ubica en un 44% el número de norteamericanos que piensa que es hora de retirarse de Irak.
Las encuestas de opinión muestran que una mayoría de estadounidenses desaprueba la manera como el presidente George W. Bush administra la situación en Irak, la oposición demócrata no duda en hablar de una nuevo Vietnam y de un "pantano" iraquí, y las familias de unos 130.000 soldados estadounidenses desplegados en Irak viven en la angustia de perder a uno de los suyos.
"No retrocederemos, no ganarán y nuestra resolución es inquebrantable", dijo Bush desde su rancho de Crawford, Texas, donde pasa sus vacaciones de Pascua.
Cerca de 650 soldados estadounidenses murieron en Irak y cerca de 3.000 fueron heridos desde el inicio de la guerra. Una mayoría de estadounidenses (53%) desaprueba la política de Bush en Irak, y una mayoría también (57%) considera que Bush no tiene un plan claro para solucionar la situación en ese país. Son cada vez más (44%) los que consideran que hay que repatriar a las tropas, aunque el 50% estima que hay que mantenerlas. Hace un año, luego de la fulminante campaña militar que terminó con el régimen de Saddam, 70% de los estadounidense aprobaba la guerra en Irak.
La unidad nacional en tiempos de guerra comienza a fisurarse. El influyente senador demócrata Ted Kennedy reavivó la polémica esta semana al comparar la situación en Irak con la guerra de Vietnam, uno de los episodios más dolorosos de la historia estadounidense. El candidato demócrata John Kerry, ex combatiente de Vietnam, tuvo cuidado en precisar que "poco importa cuáles sean nuestros sentimientos frente a la guerra, apoyamos a nuestros soldados". Pero también dijo que la política del presidente en Irak es "uno de lo más grandes fracasos de juicio que he visto desde que entré en la vida pública".
Connie Cominsky, 52 años, que se califica a sí misma como "una ama de casa normal", votó por Bush en 2000. Su hermano estuvo en Afganistán y está ahora en Irak. Uno de sus sobrinos también está allí. Cominsky dice estar espantada de las noticias que recibe de sus familiares en Irak. "No sé cómo me pude haber equivocado con este presidente", dice. "Quiero que Bush vaya ahora a Naciones Unidas y se arrodille para pedirle ayuda", agrega.
La buena noticia para el presidente Bush es que una mayoría de estadounidenses (57%) todavía considera que la guerra en Irak fue una buena decisión, frente a 35% que piensa lo contrario. Todos los sondeos, además, concuerdan en pronosticar que la elección presidencial será cerrada. (AFP) enviar nota por e-mail | | |