| sábado, 10 de abril de 2004 | El Inta difundió resultados finales del Perfil Tecnológico del sector Tecnología: cómo sería el campo con el tanque lleno El valor de la producción agropecuaria podría sumar 88 mil millones de dólares en 10 años Después de tres años de investigación, el Instituto de Economía y Sociología (IES) del Inta presentó los resultados de la segunda parte del Estudio del Perfil Tecnológico (PT) de la Producción Agropecuaria Argentina, realizado durante 2001.
El trabajo analiza, prospectivamente, a 10 años, el impacto potencial que tendría la adopción y optimización de las tecnologías disponibles en el mercado, para 38 rubros productivos. La estimación, para la que se empleó un modelo matemático desarrollado por el Inta sobre diferentes escenarios que varían en función de tecnología a adoptar y el tiempo de su adopción, es más que significativo. El valor de la producción agropecuaria podría sumar 88 mil millones de dólares adicionales en una década.
En el último año de la serie (2014), el valor bruto de la producción adicional anual generada se acerca a casi 6,5 mil millones de dólares en el escenario menos optimista, mientras que en el más optimista, esa cifra asciende a casi 11 mil millones.
Tomando como referencia el Valor Bruto de la Producción Agropecuaria (VBA) actual, estimado, para el año 2002, en 14 mil millones de dólares, los resultados representarían un aumento de entre un 44%, en el escenario menos optimista, y de hasta un 76%, en el más optimista.
El 70% del ingreso adicional sectorial se explica por el cierre de brechas en los rubros bovinos para carne (que explica entre el 46% y el 47% del ingreso adicional), soja, trigo y maíz.
La importancia de bovinos para carne en la generación de ingreso adicional está relacionada con dos factores: la gran magnitud del subsector que, en la mayoría de los casos, se encuentra operando en niveles tecnológicos medios y bajos, y la amplitud de las brechas de productividad entre niveles tecnológicos.
En el caso de soja, maíz y trigo, las brechas de rendimiento entre niveles tecnológicos son menores (42% en soja, 47% en maíz y 48% en trigo), pero siguen siendo muy significativas y, en combinación con los elevados volúmenes de producción, explican la magnitud del aporte de estos rubros al valor bruto de la producción adicional estimado en el trabajo.
El estudio del Perfil Tecnológico de la Producción Agropecuaria, base del trabajo, consideró tres niveles tecnológicos: alto (NTA), medio (NTM) y bajo (NTB). El proceso de adopción de tecnología por los productores fue analizado a partir de dos parámetros que determinan su dinámica: la superficie máxima en condiciones de adoptar la tecnología en cuestión (techo) y el tiempo que demandará hacerlo (tiempo medio de adopción).
Eugenio Cap, director de Instituto de Economía y Sociología del Inta, explicó que durante los últimos dos años "se ha ido difundiendo la percepción de que el sector agropecuario argentino, cuyo desempeño durante la crisis generada a partir de la caída de la convertibilidad, ha sido sencillamente asombroso, no tiene mucho más que dar". Concepción que, a su juicio, "es incorrecta" ya que "se ha observado que existen en el mercado, tecnologías de punta, claramente superadoras de la empleadas hasta ese momento, pero que no son adoptadas a la tasa esperable", dijo.
Las barreras Ello puede deberse a la existencia de barreras o restricciones a la adopción, muchas veces totalmente exógenos al empresario o productor que las sufre. En el capítulo descriptivo del Perfil Tecnológico se detallaron las restricciones de más alta incidencia en el proceso de adopción de tecnología disponible. En orden decreciente de importancia: carencia de líneas de crédito que tomen en cuenta las características productivas del sector agropecuario, falta de actitud empresarial de los productores (capacidad de asumir riesgos, utilización de prácticas de planificación empresaria y de control de gestión), la baja rentabilidad de las alternativas tecnológicas y la escala de producción. En tanto, la falta de adecuada articulación cadena arriba para adaptar la producción a los requerimientos de la demanda, las dificultades para comercializar mayores volúmenes de calidad distinta a la habitual, la organización social de la producción y las dificultades para obtener mano de obra tienen una incidencia media.
Soja y descommoditización Cap aclara que las estimaciones incluidas en el documento no han tomado en cuenta dos determinantes que pueden influir significativamente, a favor, en los números de la próxima década:
u La expansión del cultivo de la soja. Las proyecciones contenidas en este trabajo, se hicieron en base a precios y áreas sembradas promedios, correspondientes al trienio 1998-2001, los que se mantuvieron constantes a lo largo del período de simulación de 10 años.
u Eventuales mejoras en la composición de la canasta de manufacturas de origen agropecuario, que incrementarán el valor agregado (y por ende el precio promedio) de la tonelada exportada de alimentos. "Los eventos diarios de los que estamos siendo testigos ponen en evidencia de manera muy clara que las exigencias (o las oportunidades de mercado) generadas por la preservación de identidad, la trazabilidad y el etiquetado, representan, en realidad, el comienzo de un proceso de descommoditización, gradual pero probablemente irreversible, de los mercados de productos agropecuarios, que serán muy diferentes a lo que fueron durante los pasados dos siglos", señaló el informe del organismo tecnológico. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La ganadería puede dar el salto. | | |