| jueves, 01 de abril de 2004 | Una secuela para levantar la puntería Los creadores de "Scooby-Doo" prometen más emoción en el segundo filme El perro detective y sus amigos tendrán que enfrentar una selección de sus peores enemigos Fernando Toloza / La Capital La segunda parte de "Scooby-Doo" se estrena hoy en Rosario. La película cuenta con el mismo elenco y director, y como novedad se propone ser mejor que la primera parte. El filme inaugural de la saga en el cine tuvo un buen desempeño en la taquilla en todo el mundo, pese a que las críticas no lo acompañaron demasiado bien.
El negocio fue lo suficientemente rendidor como para que los estudios decidieran que la segunda parte también sería en el cine, a diferencia de una tendencia de la última década de mandar las segundas partes directamente al video, como lo prueban las secuelas de "El rey león", "George de la selva", "Atlantis" y "Lilo y Stich", aunque quizás más que de tendencia general habría que hablar de una tendencia de Disney, porque las películas mencionadas son de ese estudio, y "Scooby-Doo", en cambio, fue producida por Warner, la misma de "El señor de los anillos", "Matrix" y "Harry Potter".
"Scooby-Doo 2: monstruos sueltos" presenta a los integrantes del grupo de detectives Mystery Inc. a punto de recibir un gran homenaje en su pueblo natal, Coolsville. El tributo consiste en una muestra del Museo de Criminología donde se expondrán los trajes que utilizaron los criminales descubiertos por Scooby-Doo y sus amigos. La fiesta se transforma en terror cuando el disfraz del fantasma Pterodáctilo se convierte en un auténtico animal de la Prehistoria que, casi ni falta hace decirlo, aterroriza al público que había asistido a festejar a los jóvenes detectives.
En ese contexto aparece una figura enmascarada que acusa a Scooby-Doo, Shaggy, Vilma, Daphne y Fred de haber hecho mal su trabajo y ser, por eso, responsables de que los villanos regresen con más poder.
Freddie Prinze Jr. interpreta a Fred, el líder y galán de la banda. Sarah Michelle Gellar es Daphne, la coqueta y especialista en artes marciales, disciplinas que la actriz aprendió para su papel en la serie "Buffy, la cazavampiros" y que se quisieron aprovechar nuevamente para el filme con el perro parlante. Linda Cardellini es Vilma, la deductiva y reprimida chica que se esconde detrás de unos grandes anteojos y un suéter de cuello alto.
Matthew Lillard vuelve a interpretar a Shaggy, el desgarbado cómplice, en terror y gula, de Scooby. El perro es una animación digital como en el filme anterior, aunque los creadores aseguran que trataron de mejorarlo. "Los avances tecnológicos que hubo desde que que hicimos la primera película, nos permitieron mejorar a Scooby imperceptiblemente en su aspecto general: su piel, sus ojos más vivaces y la animación, de tal manera que pudimos integrarlo mejor al resto de la acción del mundo vivo", dijeron con cierto orgullo los productores.
Además de los adelantos tecnológicos, en la construcción de Scooby hubo otros dos elementos importantes: se emplearon Scoobies de peluche para medir luces y marcar posiciones de actuación y se llevó al set a un grandanés auténtico para estudiar de qué forma incidía la luz en un perro real.
Tanto el guionista James Gunn como los productores de esta segunda aventura cinematográfica del perro y sus amigos coincidieron en que no se trata de explotar un éxito seguro repitiendo sin mucho rigor una fórmula.
"La pandilla debe enfrentar a viejos enemigos de una manera nueva y muy diferente. Nuestra idea fue que la segunda parte fuese más excitante que la primera", dijo el guionista.
Para Raja Gosnell, el director de los dos filmes del can detective, la historia de la segunda parte iba a mejorar si había más realismo. "Al principio pensé que debíamos utilizar a los monstruos clásicos del dibujo animado, pero también advertí que debía darles a los personajes principales un lado real y fascinante; todos queríamos que la historia tuviese un tema con el cual lo adultos y los niños pudiesen relacionarse".
De hecho, Gosnell parece referirse a darle un poco de sustento psicológico a los personajes. El dibujo animado dejaba un gran vacío en ese aspecto. Los cuatro chico presentaban siempre un mismo perfil y mucho de su vida era un misterio más fascinante que los monstruos a los que debían desenmascarar. Entre esos misterios se contaban por qué Daphne y Fred siempre desaparecían. ¿Dónde se metían? Las mentes más imaginativas sospechaban que los chicos se desprendían de su eterna histeria y daban rienda suelta a sus pasiones en la cama. ¿Y por qué Shaggy siempre estaba "colgado"? Otro misterio que puede dar para una película entera, aunque habrá que ver si alguien se anima a contar la vida privada de Shaggy. Probablemente no sería un filme para niños. Excepto por la infantil escatología, que ya quedó bien demostrada en la primera parte. Tanto como que las Scooby-galletas no son buenas para la digestión. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Scooby Doo fue hecho pr computación. | | |