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 sábado, 27 de marzo de 2004

Los demócratas cierran filas detrás de Kelly

Washington. - La campaña presidencial cobró ayer intensidad con una demostración de unidad de todos los demócratas en torno al senador John Kerry, en momentos en que la lucha antiterrorista tomó una dimensión altamente polémica y las críticas llueven sobre George W. Bush. Con los ex presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton a la cabeza, la flor y nata del partido participó en una cena que permitió a Kerry recoger 11 millones de dólares para su campaña. "Nunca el Partido Demócrata ha estado tan unido como hoy", dijo Kerry bajo aplausos.

En su discurso, Clinton acusó a los republicanos de haber "dividido al país" y de haberlo aislado internacionalmente tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Por su parte, Carter dijo que la administración de Bush violó los derechos humanos al detener y mantener incomunicados a cientos de personas en la base estadounidense de Guantánamo, Cuba. Como gestor de la paz entre Israel y Egipto hace 25 años, Carter dijo estar "inquieto" por la falta de compromiso de EEUU con los problemas de Medio Oriente.

Desde su retorno de unas breves vacaciones, Kerry se aseguró de mostrarse con el libro del ex responsable de la lucha antiterrorista de la Casa Blanca, Richard Clarke, que acusa al gobierno de Bush de tomar la amenaza de Al Qaeda a la ligera y enfocarse en el Irak de Saddam Hussein.


Se recalienta la campaña
Las críticas virulentas recobraron fuerza en las últimas 24 horas durante los debates de la comisión de investigación independiente que trabaja en los atentados de 2001. Clarke acusó abiertamente a Bush ante la comisión de "socavar la guerra al terrorismo" al atacar Irak, pero cuidándose de dejar en claro que no apoya a Kerry y jurando que no aceptará puestos en un eventual gobierno suyo.

Hasta hace pocos meses emitir críticas como esas significaba ser tachado de antipatriota y de hacerle el juego a los enemigos de EEUU. Este debate confirma finalmente "lo que ya sabíamos: en esta Casa Blanca la seguridad nacional está tan políticamente orientada como las cuestiones de política interna", dijo una cáustica columna en The New York Times firmada por Maureen Dowd. Aún no hay sondeos que puedan reflejar si los últimos desarrollos incidieron en la intención de voto de los estadounidenses. (AFP)

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