Alumnos de la Escuela Nº432 seleccionados por sus trabajos sobre la paz

De una escuela rosarina a Moscú

Son los únicos de un colegio de habla hispana. Fueron elegidos para participar en una conferencia mundial

Un colegio rosarino fue el único seleccionado en Latinoamérica y entre los países de habla hispana para participar de la 11º Conferencia de la Juventud de las Escuelas del Mundo, que tendrá lugar en Moscú en agosto próximo. El encuentro internacional está convocado -entre otras entidades- por la organización sueca Life-Link. Los chicos son de la Escuela Media Nº 432 Bernardino Rivadavia de Rosario y fueron elegidos por sus proyectos de educación para la paz y el cuidado del medio ambiente. En el 2002 ya habían participado de un evento similar en Suecia. Ahora buscan apoyos económicos para poder viajar.

Marcela Masó y Silvia Muraro son profesoras de inglés de este colegio público ubicado en Oroño 1145. Sentadas en la biblioteca de la escuela junto al grupo de estudiantes que participan del trabajo en educación por la paz -empezó en 1999-, abrieron el sobre que comunicaba la selección para participar de la conferencia en Moscú. La leyeron en inglés a sus alumnos; la sorpresa transformó la cara de los adolescentes -sobre todo de los que dominan mejor esa lengua-, que acababan de enterarse de la noticia.

Aunque de manera inmediata se les explicó que sólo podrían viajar dos alumnos del grupo junto a una de las docentes -se decidirá por interés y sorteo- todos festejaron la invitación. Es que sin duda resulta ser un reconocimiento a un esfuerzo que va más allá de las horas de clases.

Todo comenzó en 1999, cuando la escuela se sumó a las iniciativas que impulsa Ciudades Educadoras, la delegación que para América latina funciona en la Municipalidad de Rosario. De allí en más todo fue debate, propuestas y trabajos en la escuela y en la calle.

Surgieron entonces ideas relacionadas con los objetivos que propone la organización no gubernamental Life-Link, ligados a la paz y a la convivencia. Esta tarea derivó luego en la invitación a la conferencia que se realizó en Suecia en el 2002, y de la que participaron alumnos de la escuela Rivadavia.

Y las ideas siguieron. Se contactaron luego con una escuela de Japón con la que desarrollaron el proyecto "Gembaku Dome" (nombre del edificio que permaneció en pie luego de la bomba de Hiroshima y que hoy es un símbolo de la paz), basado en el intercambio de propuestas para aspirar a un mundo sin guerras.

También compartieron trabajos conjuntos con profesores de otros países, visitantes extranjeros integrantes de las Mercociudades, además de articular talleres con una escuela primaria cercana, la Nº 68 Leandro Alem. Ahora diseñaron nuevas iniciativas de trabajo: "War...say no more", que propone una mirada interdisciplinaria de la paz y "Tratamiento de residuos tóxicos", que pretende, en base a distintas ideas, reducir, reutilizar y reciclar los residuos plásticos. Ambas serán expuestas en Moscú en agosto próximo.

Claro que para que los chicos lleguen a esta instancia y puedan representar a la ciudad, la provincia y el país necesitan del apoyo de todos. Si bien para los gastos de estadía sólo deben pagar 100 dólares cada participante, el pasaje resulta ser lo más costoso: 1.140 dólares cada uno.


La oportunidad
Para el viaje anterior la escuela se valió de la solidaridad de la comunidad, además del aporte personal; también de la colaboración voluntaria de algunos funcionarios y políticos. Entre ellos, el ex ministro de Educación provincial Alejandro Rébola y el senador Alberto Beccani.

La escuela Rivadavia es una de las 21 que fueron seleccionadas en todo el mundo para participar de esta conferencia. Los chicos argentinos compartirán los debates -todos en inglés- con otros jóvenes de Ucrania, Japón, Estados Unidos, Egipto, India, Inglaterra, Rusia, Irán, China y Grecia, entre otros.

La invitación correrá en esta oportunidad para los chicos que están en el polimodal. Entre ellos, Josela Martín, Mariana Fiocco, Matías Cristóforo, Maximiliano Galardi, Anabela Tombolini y Ramiro Lagos, por nombrar algunos de los que se reunieron a festejar la noticia.

Cuando hablan de la oportunidad de participar en este encuentro internacional saben que es un reconocimiento para la escuela, pero también para un trabajo que los llevó a hurgar en temáticas sociales por fuera de las horas de clases. "Esta -por el trabajo en proyectos- es una oportunidad que nos marca. Por ahí ahora no nos damos cuenta, pero esta forma de aprender nos posiciona mejor a la hora de tomar decisiones", dicen en conjunto.

Para Josela lo emprendido tiene dos metas: "Aprendemos nosotros y concientizamos". Dice esto porque todas las propuestas no se cierran en estudios cerrados para el aula sino que se extienden a la escuela y la comunidad. Pero, además, explica Anabela, "los relacionamos con lo que nos pasa a nosotros", y cita como un ejemplo que es parte de sus preocupaciones a "los chicos que no tienen para comer".

El trabajo de Marcela Masó y Silvia Muraro estuvo siempre acompañado por la Dirección de la escuela, en este caso a cargo de Graciela Bitetti. Marcela y Silvia no quisieron que sus clases de lengua extranjera se convirtieran sólo en hora de repetición de la gramática inglesa, sino que pensaron en la lengua como un medio de comunicación y entendimiento con otras realidades. "Quisimos que los chicos participen de proyectos que los involucren, que vayan más allá de la escuela y los hagan pensar", coincidieron al final de la charla.

Los alumnos de la Escuela Nº 432.