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 domingo, 21 de marzo de 2004

Panorama político
Una voz en el desierto

Mauricio Maronna / La Capital

Elisa Carrió es la única voz audible en el desértico paisaje que ofrece la oposición al gobierno nacional.

La estrategia kirchnerista de hacer aparecer como enemigo de la "causa nacional" a todo aquel que se atreva a cuestionar los mínimos desbordes de la administración (o las encuestas de Artemio López, Enrique Zuleta Puceiro y el Ceop) expulsó de la escena al corroído radicalismo y coptó a ciertos intelectuales progres, históricamente refractarios al poder, que ahora suelen merendar en Olivos o en Balcarce 50 y consideran que el presidente "es más parecido a Jean-Paul Sartre que a Juan Domingo Perón" y que detrás del santacruceño alumbra un nuevo movimiento histórico nac&pop.

Como una tormenta estival que llega sin pronóstico, de pronto en los bares comenzó a hablarse de Conarpesa, las mafias pesqueras, Cacho Espinosa, financiamiento de la campaña proselitista del sureño y exceso de benceno en los combustibles.

"Carrió habla porque Kirchner le robó el discurso", "Lilita tiene celos de la capacidad de Cristina", decían y escribían hasta hace pocas semanas infinidad de comunicadores encandilados por el estilo K. "La Gorda enloqueció porque le sacamos a Ocaña", "Está más mística y que nunca", susurraban en los pasillos de la Casa Rosada. Hasta que las denuncias fueron tomando cuerpo, aparecieron en las portadas de un par de revistas y, finalmente, fueron publicadas en la página web del ARI.

La indómita Lilita, de pronto, comenzó a ser elogiada por los mismos personajes de la derecha autoritaria más recalcitrante y corrupta del país, una consecuencia seguramente no querida por la protagonista y a la que tendrá que estar atenta.

Pero la situación más curiosa se presenta dentro del PJ (al fin el partido oficialista), donde muchos de sus principales referentes lejos estuvieron de salir a replicarle las críticas punzantes. Despechados porque el presidente los ignora, diputados, senadores, gobernadores y dirigentes de muchas provincias miran hacia otro lado y esperan el momento en que el jefe del Estado abandone sus coqueteos con la centroizquierda y archive el proyecto transversal. Cuando llegue esa instancia todos saldrán en fila a pegarle a Carrió, utilizando las mismas palabras que hoy están en boca de los habitantes de la Casa Rosada.

La ex diputada por Chaco sabe que si la gestión del presidente llega a buen puerto su chance de disputarle el liderazgo al santacruceño estará minada, pero conoce también a la perfección que "si fracasa este modelo gestual de izquierda y rémora setentista, la sociedad pegará un viraje inexorable hacia la centroderecha".

Desde el gobierno prefieren tenderle la alfombra roja de opositor a López Murphy, quien con su discurso agudizará las contradicciones entre un gobierno que se jacta de estar pulverizando los demonios de la década del 90 y la orquesta "de conservadores melancólicos que quieren atrasar el reloj de la historia".

Kirchner salió bien parado tras el pago al FMI, que impidió que Argentina se caiga del quinto subsuelo en el que se encuentra. Se trató de una decisión correcta, aunque desde los extremos ideológicos se lo chicanee recordando su promesa de que no se pagaría "con el hambre de los argentinos". ¿Acaso romper con el mundo no traería más hambre en una geografía que tiene a casi la mitad de la población columpiándose entre la pobreza y la indigencia?

"Este gobierno provoca una cosa insólita: si lo apoyamos, contribuimos a su hegemonía, y si lo criticamos, somos enemigos", dijo el ex gobernador de Mendoza Roberto Iglesias, graficando inteligentemente el estado de las cosas.

La kirchnermanía propició declaraciones que convocaron al asombro, dándole entidad al teorema del cuyano. El titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi, declaró al diario La Nación, antes del desembolso al FMI, que estaba de acuerdo con el no pago. ¿Cómo se explica que cuando el agro vive un momento de éxtasis al aportar al país el 51% de las divisas que ingresan en concepto de exportaciones, el representante de los chacareros (que viven un momento de esplendor con el boom sojero) sugiera tal opción?

Carlos Reutemann tampoco resistió la tentación cuando, en medio de la polémica que lo ubicó liderando un polo de centroderecha, salió a defenderse diciendo que él "era más de izquierda de lo que todos suponían". ¿Alguien se lo creyó? Las operaciones son pruebas que quienes creen que tienen la verdad deben atravesar, sostenía, palabras más, palabras menos, John Stuart Mill. La paciencia de los líderes frente a la adversidad debe nacer de la convicción de que están en lo cierto. De lo contrario la ola los arrastrará. Claro, Mill ni remotamente contemplaba la aparición del peronismo y sus eternas metamorfosis.

Las próximas horas de Kirchner estarán divididas entre los aprestos para el desalojo militar de la Esma, convirtiéndola en museo de la memoria, y los ya clásicos chisporroteos verbales con el FMI, el Grupo de los 7 y los bonistas poseedores de bonos defaulteados. Una batalla más del combate interminable.

En Santa Fe, el gabinete de Jorge Obeid rompió bolsa y renació Roberto Rosúa como ministro de Gobierno. A veces hay que creer, aunque sea algo, de lo que se escribe en los diarios.

El gobernador entendió que la delicada agenda que se le presenta no es tarea para improvisados, mucho menos cuando los debates por la autonomía, la ley de lemas, los avances transversales para desalambrar la provincia y la ofensiva opositora parecían conducir al peronismo a una especie de nueva puerta 12 contra la que quedarían acorralados sus propios fieles.

Obeid repite desde su campaña que quiere "abrir" las unidades básicas para que el peronismo santafesino vuelva a vivir. Su desafío es que quienes abran las puertas no espanten o generen indiferencia a los que se acerquen.

Como dicen en los pueblos: lo que lleva a la gente a la iglesia son las bondades del cura y no los ornamentos de la parroquia.

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