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 sábado, 13 de marzo de 2004

Donde el mantecol hace de canciller
Anécdotas que cuentan cómo se construye a diario la paz a lo lejos y a 20 grados bajo cero

Nadie tiene dudas, después de pisar su suelo, que el continente Antártico "es una reserva natural dedicada a la paz y la ciencia", tal como lo declaró en 1991 el Protocolo del Tratado Antártico firmado en Madrid. Se buscó mediante el acuerdo internacional que la Antártida sea utilizada sólo para fines pacíficos.

Pero, ¿cómo se ejerce ese acuerdo en la práctica cotidiana para quienes trabajan en esas regiones? El director del Instituto Antártico tiene su respuesta: "Las relaciones internacionales las ejercemos en terreno", y para ser muy ilustrativo empieza a sumar anécdotas.

"Un invierno nos encontró en la base escasos de comida y excedidos de bolsas mantecol. Muy oportunamente llegó una expedición de científicos polacos con mucho pan negro y jugos. ¿Pasible chance?, nos preguntaron en antarticinglish, el idioma que nos une en la Antártida. De inmediato se hizo el intercambio. Los polacos felices con el mantecol y nosotros con la comida que ellos nos dejaban", relató Memolli entre risas.


Aprendizajes esenciales
Sucede, agrega el director, que en estas regiones inhóspitas la cooperación y la solidaridad no son enunciados sino aprendizajes esenciales para la subsistencia diaria; en tanto que las relaciones internacionales se dan de manera desacartonada, alejadas de todo protocolo y muy cercana a la humano.

"Es habitual que juguemos al fútbol con chilenos o ingleses", comenta Memolli y de lleno se pone a explicar que estas formas de relacionarse son una clara manera de "construir la paz". Para el caso recuerda que quienes llegan a esas latitudes son científicos e investigadores que seguramente ocupan o ocuparán cargos en organismos internacionales. Entonces, el primer paso para fomentar la paz y la ciencia estará dado.

"La soberanía no la dejamos de ejercer", recalca el director del IAA a propósito de los objetivos que mueven la tarea científica y técnica en la Antártida. Y para el caso recuerda los cien años de permanencia argentina que en febrero pasado se festejó en la Base Marambio.

Además de la paz, la solidaridad y el trabajo cooperativo, en el continente también se dirimen cuestiones de integración. Sobre el tema, el director del Instituto Nacional menciona al general Jorge Leal como el primero en implementar un sistema de selección por capacidad y no por sexo para integrar las campañas antárticas.

"La decisión llevó a incorporar mujeres, que en más de una oportunidad mostraron trabajar a la par de nosotros", dice Memolli. Y recuerdo una científica colega, geóloga, a quien asegura "no se podía seguir en ritmo de trabajo".

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