Año CXXXVII Nº 48326
La Ciudad
Política
El Mundo
Economía
Información Gral
Cultura
Opinión
Escenario
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Campo
Educación


suplementos
ediciones anteriores
Salud 10/03
Autos 10/03
Turismo 07/03
Mujer 07/03
Economía 07/03
Señales 07/03


contacto

servicios

Institucional

 sábado, 13 de marzo de 2004

Análisis. La deserción, principal preocupación
El escenario actual de la UNR: debilidades y fortalezas

Matías Loja (*)

En los últimos meses, desde diversas ópticas, se ha puesto en el centro del debate nacional la cuestión universitaria. Multiplicidad de enfoques y matices han reavivado la llama de una problemática que, ante un país en crisis, había sufrido los vaivenes de la realidad nacional.

Ante esta situación, vale la pena preguntarse por las condiciones en las que se encuentra la Universidad Nacional de Rosario (UNR), a fin de delinear, al menos fragmentariamente, un diagnóstico breve que proporcione algunos puntos de referencia para pensar la educación superior en Rosario.

Es usual, en ciertas organizaciones, el empleo de una herramienta que permita esbozar un cuadro de situación de toda la estructura, la cual brinda un análisis que, en función de él, posibilita tomar decisiones de acuerdo a los objetivos y fines de la institución.

A esta herramienta se la denomina "Foda", cuya sigla se conforma por las iniciales de cuatro variables claves: Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas. De estos cuatro ítems, tanto fortalezas como debilidades son internas de la organización, por lo que resulta posible actuar sobre ellas. Por el contrario, tanto las oportunidades como las amenazas son externas, por lo que es muy difícil realizar una acción directa.

Así, aplicando esta herramienta se puede obtener una muestra del escenario que presenta hoy en día la casa de altos estudios local.

* Fortalezas: dentro de este primer grupo, es necesario mencionar que la UNR es una de las universidades consideradas "grandes" del país sin ningún tipo de restricción en el ingreso, lo que la convierte en una universidad que ha sabido conciliar, no sin esfuerzo, la masividad de sus claustros con los estándares de calidad requeridos por la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (Coneau). Asimismo, es considerada, a nivel nacional, como una de las universidades más prestigiosas del país.

Por otra parte, posee una amplísima oferta en posgrados, aunque el elevado costo de algunas especializaciones ha sido en los últimos tiempos blanco de numerosas críticas.

* Oportunidades: sin duda alguna, el contexto geográfico en el que se encuentra la UNR permite, en un futuro próximo, desarrollar eficazmente la tan promocionada articulación entre universidad y sociedad civil, no sólo con las diversas empresas de la zona, sino con el mundo productivo del sur provincial, como lo viene desarrollando la Universidad Nacional del Litoral en el centro de la provincia.

Complementariamente con este punto, es indispensable revisar seriamente el régimen de pasantías que estudiantes de diversas carreras desarrollan en organismos públicos, pues sin una estrategia planificada en esta área, es una oportunidad que puede terminar naufragando las necesidades laborales de los jóvenes pasantes que, en muchos casos, desarrollan actividades que poco tienen que ver con el área de su estudio.

* Debilidades: para algunos trasnochados, que por cierto no son pocos, la principal debilidad que tiene la UNR en comparación con otras universidades nacionales es que no aplica "cupos" a sus carreras más concurridas, una medida "odiosa pero necesaria" sentencian los repetidores de este apotegma, temerosos de la universidad masiva. Aunque es cierto que es necesario una planificación universitaria, que conduzca la vocación (no que la condicione) y que promocione correctamente aquellas carreras para las cuales el país requiere profesionales, es necesario tener una universidad inclusiva, que permita el acceso cada vez mayor de jóvenes a sus claustros, aunque para ello sea condición sine qua non vencer la eterna amenaza de la educación argentina: el presupuesto.

Por otra parte, en más de una ocasión, diversas autoridades de la UNR han destacado que una de las realidades, común a la mayoría de las unidades académicas, que es imperioso modificar, es la rigidez de las carreras. "Lo importante es innovar porque tenemos una estructura napoleónica, muy rígida que no permite la flexibilización", declaró hace un tiempo el propio rector. Si bien en este punto hay que destacar que, al menos en los últimos dos años, diversas iniciativas han tratado de modificar esta situación, como ser los bachilleratos universitarios (títulos intermedios que permiten validar conocimientos a aquellos que no culminan sus estudios de grado) o la inminente carrera transversal de Sociología que, al mejor estilo K, atravesaría diferentes unidades académicas, aún resta mucho por avanzar sobre este tema.

Obviamente, existen otras debilidades que la UNR comparte con el resto de las universidades públicas, como ser la deserción y el desgranamiento, la baja tasa de graduados y las dificultades a la hora de ejecutar planes tendientes a articular la escuela media por la educación superior.

* Amenazas: la principal amenaza que atenta contra el normal funcionamiento de nuestra casa de altos estudios reside en el tema presupuestario. En los últimos años se han sucedido en forma reiterada innumerables reclamos que, desde el rector Ricardo Suárez hasta los sectores estudiantiles, realizaron ante el Ministerio de Educación de la Nación.

Subejecuciones permanentes de partidas, atraso en los salarios docentes, postergación financiera en relación con otras universidades y un virtual congelamiento del presupuesto en relación al progresivo crecimiento de los cargos docentes y la matrícula estudiantil, son trabas vitales que dificultan ostensiblemente el desarrollo de las distintas unidades académicas.

Si bien es cierto que para el año en curso, desde la Nación se han comprometido a regularizar ciertos aspectos de esta acuciante situación, es necesario estar alerta con los vaivenes de la política, para que, como señalara la socióloga Alcira Argumedo, de una vez por todas se tome a la universidad como actor indispensable en la estrategia del desarrollo nacional.

(*) Comunicador social

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados