| sábado, 13 de marzo de 2004 | ¿Eficacia o lirismo? En las últimas semanas he estado observando por los medios, distintas acciones de los nuevos administradores de la cosa pública que me llevan a un interrogante. ¿La crisis política y de representatividad que desencadenó esta monstruosa situación económica tiene sus responsables en las imágenes religiosas o partidarias que están en las oficinas publicas? ¿Son culpables estos íconos de la ineficiencia del aparato estatal y de la corruptela que mancha toda la actividad publica? Me confieso no católico militante, pero no sería ridículo sostener que esta posición no es la de la mayoría. Si no, por qué realizamos el tedéum en la catedral o templo principal cada 25 de mayo. Es algo realmente sorprendente que legisladores que no supieron qué posición tomar cuando se discutía si un extranjero podía ser o no funcionario del Estado o cuando una extranjera reclamaba para sí el derecho a ser abanderada en un colegio hoy sostengan que estas medidas nos dan patente de maduros políticamente. ¿Qué vamos a prohibir luego, la letra del tango Cambalache? Les recuerdo que esto no sería una novedad. Acciones de este tipo demuestran una vez más lo alejado que están los legisladores de ser los representantes de nuestros intereses.
Julio R. Sanchez enviar nota por e-mail | | |