| domingo, 07 de marzo de 2004 | Bush y Kerry emprenden un agresivo y reñido maratón por la Casa Blanca A ocho meses de los comicios, un sondeo da un virtual empate entre el presidente y su rival demócrata Washington. - La tormenta de críticas desatada tras los primeros anuncios en televisión de George W. Bush, en los que se utilizan imágenes de los atentados del 11-S para hacer apología de la firmeza del presidente, da una idea de lo violenta que va ser la campaña por la Casa Blanca. El senador demócrata John Kerry y Bush, que aspira a la reelección, iniciaron esta semana un maratón de ocho meses durante los cuales intentarán convencer a los votantes estadounidenses de su capacidad para gobernarlos.
En esta carrera, el aliento y la resistencia contarán tanto como la capacidad de eludir los codazos y arenas movedizas con los que los estrategas de sus rivales intentarán descarrilarlos. Desde la largada, Kerry, deportivo y atlético a sus 60 años, encara con agresividad a Bush, un adepto al jogging de 57 años.
Según la última encuesta hecha por la agencia Associated Press, Bush está en el 46%, y su rival demócrata, Kerry, en el 45%. Lo preocupante para este último es que el candidato ecologista Ralph Nader aparece con el 6%, y podría repetir así la pesadilla de hace cuatro años, cuando su candidatura contribuyó a quitar votos al postulante demócrata, Al Gore.
Nader, el tercero en discordia El sondeo es -como todos a estas alturas- prematuro, pero tiene dos puntos de interés. Es el primero que se hace después de la retirada del demócrata John Edwards del pasado miércoles, es decir, el primero en el que se contempla a John Kerry como el candidato que definitivamente estará en las papeletas electorales demócratas del próximo 2 de noviembre. Y es también la primera encuesta en la que Nader aparece en el radar de los electores, y el 6% de intención de voto que se le atribuye es una mala noticia para Kerry.
Aunque Nader puede recibir respaldos de otros votantes, su incidencia es mayor entre los demócratas. Muchos no le perdonan aún que se presentara en las elecciones de 2000; sólo consiguió el 2,9% de los votos, pero en Estados como New Hampshire y Florida, en los que Bush ganó por un puñado de sufragios, fue suficiente para la derrota del demócrata Al Gore, igual que la presencia del populista Ross Perot en 1992 fue determinante en la derrota de Bush padre.
Dada la polarización del electorado en esta ocasión, se cree que el efecto de Nader va a ser menor, aunque los jóvenes y los votantes independientes son sensibles a su mensaje, pero, por el momento, todo indica -y de ahí el empate entre el presidente y el aspirante demócrata- que los seis u ocho puntos de ventaja que Kerry tenía sobre Bush en las últimas semanas se han difuminado con la entrada de Nader.
No es que Bush haya conseguido más apoyo: su índice de aprobación está en el 48%, contra el 49% que le censura su trabajo, y seis de cada diez estadounidenses creen que el país está en mal camino. Es que Kerry ha descendido en el sondeo, precisamente cuando debería ocurrir lo contrario, después de haber barrido en el Supermartes, de demostrar que el Partido Demócrata está unido detrás de él y de tener ya las manos libres para hacer campaña contra Bush y recoger fondos.
Para mantener encendida la caldera, Kerry necesita recaudar mucho más dinero del que tiene: consiguió 25 millones para las primarias, que están prácticamente agotados. Y según el último recuento, Bush ha superado los 150 millones de dólares. La campaña de Kerry se ha marcado el objetivo de recoger 100 millones. Buena parte del dinero de las campañas se gasta en televisión.
Críticas a los republicanos Todavía no se había disipado la bronca creada por los anuncios en los que figuran imágenes del 11-S para reforzar el mensaje "Bush: liderazgo firme para tiempos de cambio". En una conferencia de prensa en Nueva York, Tom Ryan dijo: "Como bombero que pasó meses en la Zona Cero, encuentro profundamente ofensivo que la campaña de Bush use estas imágenes para capitalizar la mayor tragedia de la historia de EEUU".
Para el editorial de The New York Times, "es inevitable que los atentados estén presentes en la campaña electoral", pero el hecho de que los primeros anuncios de Bush hayan recurrido a esas imágenes indica que "se ha perdido el sentido de unidad nacional que tuvieron aquellos días". Para el diario, "cualquier candidato que intente aprovecharse de esas emociones merece ser castigado por el electorado". Por su parte, el tabloide Daily News titula: "Aprovechar la tragedia", con una foto de los bomberos rescatando la bandera en las Torres Gemelas.
La oleada de críticas -aunque también hay respaldo por parte de familias de víctimas o de bomberos- ha tomado por sorpresa a los republicanos. El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, justificó los anuncios diciendo que el 11-S afecta toda la política en EEUU y que "el firme liderazgo del presidente es vital en la conducción de la guerra contra el terrorismo".
Pero los estrategas de Bush no contaban con estar a la defensiva nada más lanzar la primera tanda de anuncios televisivos que, de todas formas, aseguraron, no van a retirar ni a modificar. El propio Bush rechazó ayer desde su rancho de Texas, junto al presidente mexicano Vicente Fox, las críticas por las imágenes de su campaña.
Lo que en todo caso anticipa la polémica es el nivel de enfrentamiento que va a tener esta campaña y la voluntad de pelea que hay en ambos partidos. Y lo más fuerte está por llegar: como señala Walter Shapire en USA Today, estos anuncios no son nada al lado de lo que habrá en los próximos meses: "Comparados con los insultos que probablemente emanarán de las dos campañas, estamos aún en el territorio de los guiños". enviar nota por e-mail | | Fotos | | |