Año CXXXVII Nº 48320
La Ciudad
Política
La Región
Opinión
Información Gral
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Educación 06/03
Campo 06/03
Salud 03/03
Autos 03/03


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 07 de marzo de 2004

Después de la sanción de la reforma laboral, especialistas del tema analizan cómo reducir el desempleo estructural
Ejes para debatir sobre la creación de empleo
Algunos plantean más flexibilización. Otros reducir la jornada laboral y hacer cumplir las normas

Marcos Cicchirillo / La Capital

¿Qué cambia con la nueva reforma laboral? ¿Favorecerá la recuperación del empleo en blanco? ¿Incentivará a la creación de nuevos puestos de trabajo? ¿Los trabajadores recuperan terreno frente a la flexibilización de las normas laborales de las últimas décadas? Desde los distintos sectores empresariales, sindicales y del propio gobierno nacional, reconocen que la reforma laboral aprobada la semana pasada por el Congreso produce algunas modificaciones en las reglas de juego, pero estructuralmente se mantiene el status quo en la relación entre empresas y trabajadores. La sanción de la norma también sirve entonces para interrogarse cómo la Argentina puede articular estrategias que permitan reducir en el corto y mediano plazo la actual tasa de desempleo de dos dígitos. Para analizar esta situación, La Capital consultó a especialistas de distintas vertientes ideológicas.

El país abandonó los niveles de desempleo de un dígito en 1993. Una década después -y tras la peor crisis económica en la historia de la Nación- la destrucción del empleo dejó de caer y se recupera principalmente en los sectores ligados a la agroindustria, construcción, textil, pero aún se mantiene por encima del 20% si se descuenta del estimador los planes de Jefas y Jefes de Hogar.

Especialistas en temas laborales consultados arrancan desde un punto en común: sólo un crecimiento fuerte y sostenido de la actividad económica durante varios años permitirá romper con el elevado desempleo estructural que tiene en la actualidad la Argentina. A partir de allí comienzan las divergencias en torno a la redistribución de la riqueza para fomentar el empleo.

Los analistas resaltaron la necesidad de implementar políticas de favorecer el empleo en la producción de bienes, algo que hasta el momento los gobiernos argentinos no debieron enfrentar ya que inclusive en la crisis hiperinflacionaria de 1989 el desempleo no superaba el dígito. Sólo se limitaba a ejercer de árbitro en la relación entre empresas y trabajadores.

Sobre cuáles son los elementos que deberían modificarse desde la legislación o instituciones laborales para incentivar la creación puestos de trabajo, la flexibilización sigue estando en la grilla de posibilidades, aunque reconocen que no es momento político para plantear una salida en esos términos, después del fuerte ajuste salarial que representó la devaluación. Pero recuerdan que en el mundo en materia de empleo, la flexibilización de la fuerza de trabajo sigue en el centro de la escena y ponen, en otros ejemplos, la reforma laboral y fiscal implementada por Alemania meses atrás: recortaron los montos y los plazos para aquellas personas que están desempleadas y estudian una reestructuración del sistema de salud.

Ernesto Kritz, de SEL Consultores y quien participó como asesor entre otros organismos el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo y centrales empresarias como el Consejo Empresario Argentino (CEA), planteó mirar con atención los casos chileno, español y holandés, para tomar como ejemplos a imitar.

En todos los casos predominó una profunda transformación de la legislación del mercado laboral y fuerte crecimiento económico, pero que en los países europeos fue acompañado de una importante red de contención social a través del seguro de desempleo.

El país trasandino después de la fuerte crisis económica de principios de los 80, redujo el desempleo del 23% al 7% en menos de diez años (1983-1990). Implementó una importante reforma laboral, flexibilizando la fuerza de trabajo, pero sobre todo tuvo un constante y fuerte crecimiento económico a lo largo de una década.

España, después de llegar tocar el 20% de desempleo a mediados de los 90, el gobierno de José María Aznar durante su primera gestión, en 1997, encaró una reforma del sistema de trabajo.

Daniel Funes de Rioja, abogado laboralista de la Unión Industrial Argentina (UIA), estima que para mantener la actual recuperación del empleo se deberían implementar políticas activas para las pymes, que "pasan por la simplificación del sistema de contratación y de impuestos al trabajo y otros tributos de los distintos ámbitos que pesan sobre las empresas".

"Lo más difícil es desarrollar las condiciones para formalizar las situaciones de las empresas que viven en negro", señala Funes de Rioja, quien agrega que las posibilidades que tienen estas empresas de sobrevivir son "muy bajas si permanecen en la informalidad".


Otras experiencias
El especialista en temas laborales de la UIA coincide con Kritz en mirar el ejemplo de España, y agrega otros como Finlandia y Irlanda del Norte, que al igual que en los casos anteriores se implementó una fuerte flexibilización laboral con apoyo para la contención social y un importante consenso político entre gobiernos, empresarios y gremios para llevarla adelante.

En cambio, el abogado laboralista de la CGT disidente, Héctor Recalde, planteó que una de las variables posibles es la distribución del empleo, bajando la carga horaria pero manteniendo los salarios. El ejemplo es Francia, que instauró la reducción de la jornada laboral, aunque también redujo los ingresos.

En tierras galas el impacto favorable se notó en el rubro servicios, principalmente en la industria del turismo. De todas formas, el crecimiento del empleo que se produjo no fue el previsto al momento de la sanción de la norma. Hoy se debate sobre la profundización de la reducción de las horas de trabajo y los costos que significaron la disminución de la jornada local hasta ahora.

Recalde argumenta la implementación de esta política de empleo, al recordar que "en la Argentina somos campeones mundiales en horas trabajadas, mientras que en el mundo el promedio está en las 1.700 horas anuales, aquí la cifra se eleva hasta las 2.300 horas".

Recalde explicó que aún sin cambiar la legislación laboral, sólo cumpliendo las normas vigentes se puede incrementar el empleo, "depende de una decisión política del gobierno nacional", ya que "controlando el cumplimiento de las horas de convenio de trabajo se crearían miles de puestos de trabajo". Estima que se podrían crear 900 mil puestos de trabajo si el gobierno hiciera que las empresas cumplan con los convenios.

Además, el especialista considera que esto a su vez favorecerá el movimiento en el mercado interno, ya que alrededor del 85% de las riquezas se generan fronteras adentro.

El abogado laboralista de la CGT disidente recordó que "el 29% de los trabajadores en el país están sobreocupados, trabajan horas extras que no cobran".

Horacio Zamboni, abogado local y quien participó en el campo laboral desde los gremios de trabajadores, apuntó que habría que poner en discusión "el sistema neoliberal de renta financiera por encima de otras reglas de juego que dificultan la reindustrialización del país y como consecuencia la creación de empleos genuinos".

Algo que no apareció entre las opciones de los profesionales consultados es la implementación de planes como un New Deal argentino o la necesidad sobre discutir la calidad de empleo.


Perspectivas
Los analistas estiman que para fin de 2004 se crearán puestos de trabajos que permitirán limar en dos puntos porcentuales más el indicador del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).

Sobre la posibilidad de retornar a niveles de empleo preconvertibilidad, los escenarios más favorables especulan que recién se producirán para el 2006, pero en ese lapso la economía deberá mantener un ritmo de crecimiento superior al 6% anual.

En este escenario está situada la consultora Ecolatina, fundada por el actual ministro de Economía, Roberto Lavagna. "Una reducción de casi dos puntos en la tasa de desempleo para octubre del año próximo, en respuesta al buen ritmo de crecimiento económico que se mantendría el año venidero. Así, la desocupación se ubicaría hacia fines del 2004 cerca de 12,5%", proyectó la entidad, quien incluyó los planes Jefes y Jefas de Hogar.

"La conjunción de un ritmo sostenido de aumento de la actividad económica y el cambio en el esquema de precios relativos permiten proyectar un aumento sostenido en el nivel de empleo que posibilitaría perforar el piso del 10% en la tasa de desocupación hacia 2006", agregó.

Kritz estima, en cambio, que con esos niveles de crecimiento el desempleo bajará a un dígito recién dentro de seis años (2010).

Analistas del mercado laboral aseguraron que los problemas de empleo que afectan a casi un tercio de los habitantes en condiciones de trabajar no obedecen a falta de capacitación, y que incluso, muchas personas están "sobrecapacitados" para los trabajos que desempeñan.

El investigador del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (Ceil), Julio Testa, destacó que la desocupación "se produce por efectos de la estructura económica de Argentina y no por factores personales".

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Analistas creen que en 2006 el nivel de desempleo volverá a un dígito.

Notas Relacionadas
Opiniones sobre la nueva reforma

Los principales cambios hechos a la ley Banelco


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados