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 sábado, 21 de febrero de 2004

El escándalo político impactó en los mercados, depreciando el real
Nuevas denuncias de corrupción desestabilizan al gobierno de Lula
El despedido asesor Waldomiro Diniz tuvo encuentros con un capo del juego ilegal ya estando en funciones

Brasilia. - El gobierno de Brasil fue sacudido ayer por nuevas denuncias periodísticas sobre gestiones irregulares del despedido asesor de la presidencia, Waldomiro Diniz, lo que elevó la tensión política y afectó los mercados financieros del país. El escándalo político que golpea al presidente Luiz Inacio Lula da Silva se desató la semana pasada, cuando fue divulgado un video que mostró a Diniz, asesor del ministro de la Presidencia, José Dirceu, pidiendo a un empresario ligado al juego, dinero para él y para financiar campañas políticas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

El gobierno destituyó al funcionario, ordenó a la policía que lo investigue y creó una comisión para verificar su conducta como empleado de la presidencia, pero la oposición exige la formación de una comisión parlamentaria de investigación para saber si existen "más Waldomiros" en el palacio presidencial. La administración ha rechazado el pedido argumentando que los hechos denunciados eran anteriores al inicio del gobierno de Lula, ya que la filmación había sido hecha en 2002.

Pero la estrategia oficial sufrió un duro golpe ayer, cuando el semanario Epoca, del poderoso conglomerado de medios de comunicación Globo, divulgó nuevas denuncias sobre el "Caso Waldomiro" o "Waldogate", como lo menciona la prensa. Según la revista, el funcionario habría incurrido en tráfico de influencia en 2003, cuando ya ocupaba un despacho en el cuarto piso del Palacio del Planalto, sede del gobierno, lo que destruye uno de los principales argumentos del oficialismo para evitar una investigación parlamentaria sobre el escándalo. "Ocurrió lo que el gobierno más temía. El ex subjefe de Asuntos Parlamentarios de la Presidencia, Waldomiro Diniz, hizo tráfico de influencias en 2003, trabajando ya en el palacio presidencial de Planalto", según la nueva edición de Epoca. El semanario reporta reuniones de Diniz con el supuesto jefe del juego ilegal Carlos Augusto Ramos y con representantes de la multinacional de loterías Gtech, en 2003, aunque sin profundizar en el contenido de las mismas.


Un año de cruciales elecciones
El gobierno quiere evitar la creación de esa comisión parlamentaria, ya que teme que sea usada como una poderosa tribuna para la oposición en un año de cruciales elecciones municipales, además debilitarlo políticamente y de perjudicar sus iniciativas de reformas en el Congreso.

Esa perspectiva asustó ayer a los mercados financieros, depreciando a la moneda local, el real, y provocando bajas en el mercado accionario en San Pablo, que luego recuperaron parcialmente posiciones. La Bolsa de Valores de Sao Pablo cayó más de un 3% poco después de la apertura y el real llegó a depreciarse hasta más de 3 unidades por dólar, con retroceso de 1%.

Lula, quien se encuentra visitando el sur del país, aseguró que "no habrá ningún indicio de denuncia que involucre prácticas ilícitas en este gobierno que no sea investigada hasta el fin". Un portavoz del gobierno anunció, además, que un decreto prohibirá el funcionamiento de bingos en el país y la importación de máquinas tragamonedas, industria que en Brasil funciona sin una regulación clara y que a menudo se relaciona con actividades ilegales, como el lavado de dinero.

El empresario al que había pedido dinero Diniz está relacionado con ese sector, aparentemente involucrado en el financiamiento ilegal de campañas políticas.

Las nuevas denuncias, según el analista político Haroldo Britto, de la consultora Goes, en Brasilia, "aumentaron la densidad del escándalo". Según Britto, "agregaron nuevos indicios. Primero era sólo un caso de un individuo en 2002, cuando el gobierno de Lula no existía. Ahora aparece la indicación de que él operó dentro del gobierno". A su juicio, tras las denuncias de ayer, la creación de "una comisión parlamentaria se torna más probable",

Ayer por la mañana, Lula reunió a sus colaboradores, entre ellos a Dirceu y al ministro de Hacienda, Antonio Palocci, para evaluar el escenario planteado, según afirmó la prensa. En medio del nerviosismo político.

El líder en el Senado del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Arthur Virgilio, pidió el alejamiento del ministro Dirceu, uno de los puntales del gobierno en su estrategia para consolidar una amplia alianza política, que exceda los límites del PT, y que fue vital en su primer año para aprobar difíciles reformas en el Congreso. "No veo salida a no ser el alejamiento de Dirceu. Es una cuestión de supervivencia del gobierno", dijo.

Britto dijo que la permanencia en el cargo del poderoso ministro Dirceu "se torna algo incómoda para el gobierno" aunque, indicó, los próximos feriados del carnaval y la parálisis en la que se sumió el Congreso, que durará hasta el 2 de marzo, "alivian un poco la situación". (Reuters, DPA y AFP)

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Lula en apuro por las revelaciones sobre pedidos de coimas.

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