| sábado, 21 de febrero de 2004 | Costumbres escolares La maestra enseña en el aula sobre el cuidado de la salud y cómo se compone una buena dieta alimentaria, en la que no faltan frutas, verduras, cereales, leche (y derivados), entre otros nutrientes. Los chicos copian en cuadernos y carpetas, preparan láminas, dan clases especiales, aprueban exámenes sobre vitaminas y hasta explican a sus padres lo que dicen los manuales que ilustran sobre el tema. Y una vez más dan muestra de su inteligencia para convencer a los adultos sobre lo que les gusta escuchar.
En esas mismas escuelas, durante los recreos, los kioscos que funcionan dentro de ellas no dudan en venderles chizitos, jugos artificiales, alfajores de dudosa procedencia, caramelos de todos los colores y consistencias, y hasta helados cuya marca nunca se conocerá. ¿Para cuándo un discurso coherente entre el decir y el hacer?
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