La visita. El País resaltó a Rosario como sede del Congreso de la Lengua

Kirchner no llegó a las tapas de los diarios pero pudo recuperar imagen

Los medios observaron a un presidente "conciliador"

Fernando Gabrich / La Capital (Madrid - Corresponsal)

Los ecos dejados por el huracán Kirchner en su paso por España en julio de 2003 más los efectos alentadores que está produciendo su estancia en la Argentina poscorralito, habían generado excitación en la prensa española a principios de la semana pasada. No era para menos. Por segunda vez, llegaba a la península el presidente de los argentinos renacientes. El mismo que con su orgullo a flor de piel había tenido duras asperezas con los poderosos locales. Y llegaba con los resultados económicos a su favor y, esta vez, predispuesto al diálogo.

Así lo resaltaron los diarios locales como El País, que en su tapa del domingo, previo al arribo, tituló: "Argentina se adentra en la senda de la recuperación". Todo estaba preparado para una cobertura especial. Para una semana mediática cuyos días empezarían todos con K. Pero no sucedió, aunque eso sí, su estadía no pasó desapercibida.

La cobertura de la llegada del presidente argentino terminó ocupando los segundos planos, y en algunos los terceros, de los diarios locales. Y en los informativos de televisión apenas se lo vio como compañía de José María Aznar.

Pero hay una excusa para explicar lo sucedido: el avispero político -renuncia incluida- que levantó la reunión secreta del Conseller en Cap de Cataluña, Carod-Rovira, con dirigentes de ETA en la vecina Perpignan. El revuelo fue tal que Kirchner tuvo que poner cara de circunstancia en su primera aparición pública con el presidente del gobierno español ya que todas las preguntas apuntaban al caso Carod.

Eso sí, con poco o mucho espacio, los medios terminaron resaltando el valor positivo de las distintas reuniones del presidente con los dirigentes españoles y, por supuesto, con los poderosos empresarios. El que más espacio le dedicó a Kirchner fue El País. El diario más importante e influyente de España destacó el buen nivel de las negociaciones y el éxito de las mismas, sobre todo la que tuvo con José María Cuevas, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales.

Pero no fue todo, también hubo espacio para el compromiso de Aznar con los inmigrantes y un lugar destacado a Rosario. "Rosario acogerá en noviembre el III Congreso de la Lengua" decía el titular de El País, acompañado por una foto de Rafael Bielsa y el académico Víctor García de la Concha, presidente de la Real Academia Española. Una noticia que hizo levantar el orgullo a más de un rosarino que habita este lado del Atlántico.

El Mundo también dedicó líneas de su edición para hablar de las buenas negociaciones entre ambos países y sobre el compromiso con los inmigrantes. ABC escribió sobre "subir las tarifas", mientras que los diarios catalanes, sumergidos totalmente en el caos generado por Carod, no tuvieron demasiado espacio pero si lo suficiente para mencionar que "Kirchner dice que las firmas españolas han anunciado más inversiones" (La Vanguardia) y que "Aznar ensalza los éxitos de Kirchner en Argentina" o "Kirchner se reconcilia con la patronal tras reñirla en el 2003" (El Periódico).

Palabras más, palabras menos, el paso de Kirchner y su comitiva por tierras españolas no pasó desapercibido. En la colonia argentina, sobre todo la formada por los sin papeles, el gesto y el compromiso de lucha fue recibido con esperanza. En materia económica se descararon signos positivos. Y en cuanto a las relaciones humanas, parecen haber entrado en un estado de amistad infinita. Los elogios de Aznar, la cena privada entre ambos matrimonios, más la invitación al casamiento del príncipe Felipe por parte del rey dan mérito de ello.

La repercusión mediática podía haber sido mayor y todo estaba preparado para que así sea. Pero las organizadas agendas diarias de los medios se colapsaron por las noticias que llegaban desde Barcelona. Así y todo, el huracán K volvió a dejar su huella por estos lados. Y esta vez, fue mucho más conciliadora.

Kirchner junto a su par español, Aznar.