Ping Pong con el analista económico Rogelio Pontón

Es el director de Investigaciones de la Bolsa de Comercio

-¿A qué se deben estos bruscos movimientos que está teniendo el precio de la soja en las últimas semanas?

-Hace algunas semanas, jugó muy fuerte la reducción que hizo el Usda del cálculo de la cosecha de Estados Unidos, que ya está levantada. Los stocks de Estados Unidos son muy bajos y cuando se difundió el reporte tuvo un efecto alcista muy importante. A eso se sumaron las expectativas de una mayor demanda de harina de soja si Estados Unidos prohibía el uso de harinas de hueso para alimentación animal. El mercado esperaba eso pero el gobierno estadounidense finalmente limitó las medidas a la harina de sangre. Esto no colmó las expectativas de los operadores y produjo la fuerte baja de la última semana en Chicago, que llegó un día a ser de 10 dólares. Por otro lado, la cosecha norteamericana ya juega menos y ahora todo el mundo está pendiente de lo que pasa en Sudamérica.

-¿Se puede decir que se instaló el mercado climático sudamericano?

-Exactamente. Sudamérica va a producir este año unas 102 ó 103 millones de toneladas. En Brasil van a tener un récord de casi 59 millones de toneladas. Agua aparentemente no falta y no se estima que la roya pueda afectar significativamente a los cultivos. En Argentina se esperaba una cosecha de entre 36 y 37 millones de toneladas pero al no haber lluvias en enero algunos analistas empezaron a estimar que sería algo menor. Pero al mismo tiempo hubo anuncios de lluvia para el fin de semana y eso influyó también. Son las oscilaciones que se producen en un mercado climático.

-¿Se batió el récord del 97 o no?

-En realidad cuando el mercado llegó a estar por encima de los 715 pesos, prácticamente estábamos con una soja en dólares de 248. Si no existiesen las retenciones, se hubiera ubicado en 315 dólares. Es decir que se orilló el récord, que fue 322, si no se toman en cuenta las retenciones.

-¿Con las bajas de la última semana se pierde la posibilidad de alcanzarlo?

-Salvo que haya un desastre climático en Argentina, en principio se ve difícil. Siempre aclarando que en estos temas nunca se pueden hacer previsiones contundentes. Igualmente, se trata de buenos precios. Y otro punto importante es que los costos en dólares son menores que en el 97. Desde ese punto de vista, el productor se ve muy beneficiado.

-¿Los precios en Argentina complican a la industria aceitera?

-Con el precio que tenía la soja antes de esta caída, la industria aceitera estaba trabajando con márgenes muy bajos y, en algún caso, negativos. Igualmente las empresas siguieron trabajando porque tienen que cumplir compromisos y hay que decir que nosotros vemos sólo una parte del negocio. Y las noticias que hay sobre inversiones en el rubro muestran que indudablemente la industria sigue viendo con optimismo el mercado.

-¿Si se complica el clima en febrero y se dispara el precio en Argentina alguna industria puede parar la planta?

-Puede haber algún caso puntual de escasez pero todavía el tema no es ese. Tendría que caer demasiado la producción.