| domingo, 01 de febrero de 2004 | El ministro de Producción impone su estilo A esta altura de su gestión, el ministro de Producción ya es reconocido entre empresarios y funcionarios por su particular estilo personal. Estilo formado en la premisa de una acentuada formalidad y un admirable manejo de cifras y datos que fluyen con inusitada velocidad en cada uno de sus discursos. Así, los primeros contactos oficiales llevaron algún tipo de desconcierto a los empresarios que, muchas veces acostumbrados a un trato informal con los funcionarios, veían como una amigable y cordial charla se transformaba repentinamente, como si operara un clic misterioso en el ministro, en un acto oficial "relámpago" con discurso incluido. De a poco se habituaron a escuchar frases como "los funcionarios deben salir de la alfombra roja de sus despachos" o "no voy a dejar que me hagan el diario de Irigoyen", y a presenciar situaciones extrañas como, por ejemplo, cuando en el Enapro Desideri utiliza dos despachos distintos según se trate de atender cuestiones relacionadas con su rol de titular del ente portuario o con su papel de ministro. El particular estilo es comentado entre los empresarios, aunque siempre a nivel anecdótica, ya que saben que, en estos casos, lo importante es el contenido y no la forma.
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