| sábado, 31 de enero de 2004 | Se quedó a media agua. A 6 días del debut en la Copa Central cosechó un pobre 0-0 ante Fénix En su primer cotejo post-Ezequiel, tuvo pocas ideas y mostró algunos síntomas de preocupación José M. Petunchi / Ovación Todo depende de la óptica con que se lo mida. Si se parte del punto de vista que se trató de un encuentro amistoso, que sirve para sumar minutos y para lograr un ritmo futbolístico acorde con la exigencia que se le presentará a Central durante la primera mitad de la pretemporada, todo pasa a ser relativo. No se puede ser terminante ni demasiado riguroso en el enfoque. Pero si se repara en el hecho de que el cotejo de anoche era la puesta en escena del Central que en seis días hará su debut en la Copa Libertadores enfrentando en Asunción de Paraguay a Olimpia, el balance entrega cuanto menos una mueca de insatisfacción. Deja algunos síntomas de preocupación. No tanto por el resultado, aunque en este caso la igualdad en cero ante los uruguayos de Fénix decora bastante la realidad, sino fundamentalmente por el rendimiento de un equipo que en los partidos anteriores se había mostrado con mayor dinámica, más incisivo y profundo y sobre todo con una mayor dosis de fútbol.
En este último aspecto algunos argumentos se pueden visualizar por la partida intempestiva de Ezequiel González, un jugador demasiado importante para la estructura del equipo y al que ya empezaron a sufrir, y por el hecho de que Russo casi no tuvo tiempo para meter mano ante esta contingencia. Encima, Messera debió dejar la cancha antes de la media hora inicial, por una molestia en la cintura que no le impedirá jugar en Paraguay.
De más está decir que en esta coyuntura post-Ezequiel, Central, por actitud y aptitud, por búsqueda, empuje y algunas pinceladas de fútbol, fue casi exclusivamente el que llevó el peso del partido y, por ende, el que estuvo más cerca de la victoria. Pero esta sentencia se dio más como consecuencia de la ambición que mostró que del juego asociado que exhibió en pocos pasajes.
Pero volviendo al ítem del rendimiento, a la hora de pasar los 90 minutos por el tamiz dejan otra estupenda actuación de Herrón, con su ya clásico despliegue y su ubicuidad, la claridad y los destellos de Vitamina Sánchez, por momentos formando una buena sociedad con Mariano Messera, y poco más. Y con eso obviamente, no fue mucho lo que pudo generar en ofensiva ante un equipo que, pese a tratarse de un cotejo amistoso, mostró un planteo poco ambicioso y mucho más pendiente del arco propio que del rival.
En ese contexto, Central cometió el pecado de buscar mucho por el medio y explotar poco los laterales, algo que en parte corrigió en el complemento. Entonces, las jugadas más claras fueron un mano a mano de Herrera, ante una asistencia notable de Vitamina, una aparición de Clarence Acuña en el área -se nota que le falta bastante trabajo en lo físico-, sendos cabezazos del chileno por el segundo palo y dos apariciones del Yerbatero.
Pero al margen de estas chances, el Chaqueño Herrera mostró mucha más voluntad que fútbol y el Yerbatero se mostró demasiado individualista, muy rebuscado y poco resolutivo.
Para colmo el fondo, en las pocas veces que lo molestaron, mostró algunas grietas por el sector izquierdo de su defensa y la lentitud de Petaco Carbonari, algo que en el segundo tiempo lo suplió con oficio.
Desde el punto de vista que se trató de un ensayo no se puede achacar demasiado. Desde el otro, el que marca que ingresó en la cuenta regresiva para su debut en la Libertadores ante un Olimpia copero, el saldo de este amistoso dejó algunos signos de preocupación de cara al futuro inmediato. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El Yerbatero intenta superar la marca uruguaya. | | |