EEUU les pone colores a los pasajeros

La administración Bush busca clasificar con una escala de tres colores a todo aquel que desee abordar un avión en Estados Unidos, en función del supuesto riesgo que puedan representar para la seguridad aérea del país.

Según esta clasificación sin precedentes que planea implementar Estados Unidos, el nivel de riesgo representado por cada viajero podría ser calificado con uno de tres colores: verde, amarillo o rojo, que le sería atribuido poco después de la reserva de su pasaje, en función de sus datos personales.

El programa denominado Capps-2, al que se oponen con fuerza las aerolíneas y los defensores de las libertades civiles, podría entrar en vigor en febrero, según se precisó oficialmente.

"Es un sistema de verificación de identidad", explicó anteayer el portavoz de la Administración para la Seguridad de Transportes (TSA), Mark Hatfield. El funcionario intentó evadir inmediatamente toda crítica relacionada al respeto de la vida privada.

El programa, elaborado a petición del Congreso, se inscribe en el marco de las medidas de seguridad tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Si un viajero es calificado "verde" seguirá los controles habituales; si se le asigna la calificación "amarillo" será especialmente examinado, y si le considera "rojo" se le impedirá embarcar.

"Al efectuar su reserva, le pedirán su nombre, dirección, número de teléfono, fecha de nacimiento y el itinerario de viaje", explicó Mark Hatfield. "Es allí que el sistema se pone en marcha", precisó. "Si alguien es «rojo», no podrá volar y será confrontado a los representantes del orden; más específicamente al FBI" y agregó que "si alguien es «amarillo» o «verde», el proceso será renovado cada vez que compre un boleto" en el sistema, destacó.

Pero si un pasajero aparece por error como un terrorista sospechoso, "no estará en condiciones de embarcar enseguida, deberá hablar con un representante del orden", advirtió.

Sin embargo, el costo del boleto de avión no será reembolsado.

Este nuevo sistema se sumaría al puesto en marcha desde el 5 de enero, por el cual todos los extranjeros que llegan vía aérea a Estados Unidos y que requieren visa deben someterse a un fichaje en el cual se les fotografía y se toman sus huellas digitales. (AFP)