| miércoles, 31 de diciembre de 2003 | Antecedente que viene de 1970 El presidente Néstor Kirchner, al postular a una mujer en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, no está haciendo nada inédito pero sí poco original: en 1970, el entonces mandatario Roberto Levingston nombró a Margarita Argúas, una descollante jurista que había ocupado un cargo en la Cámara Civil y era académica de Derecho y profesora universitaria en la materia. Esta adelantada tuvo el privilegio de ser la primera mujer en integrar la Corte, donde permaneció hasta 1973. Lamentablemente, Argúas fue el único caso y se convirtió en la excepción que confirma la regla de una galería de retratos puramente masculinos adustos. Sin embargo, paulatinamente algo va cambiando, ya que hay decenas de magistradas: Ana Piaggi, en la Cámara Comercial; Elena Highton y Gladys Alvarez, en la Cámara Civil; Inés Weinberg de Roca, en el Tribunal para Crímenes de Guerra de Ruanda; Hilda Kogan, en la Suprema Corte bonaerense, y Aída Kemelmajer de Carlucci, en la Corte mendocina.
La Corte norteamericana tiene dos mujeres en su seno: Ruth Bader Ginsburg y Sandra Day O'Connor, mientras que la magistrada carioca Ellen Gracie Northfleet forma parte del poderoso Supremo Tribunal Federal de Brasil. Las damas se agruparon en la Asociación Internacional de Mujeres Jueces, que cuenta con 4.000 miembros en 73 países. El artículo 37 de la Constitución nacional dice que el Congreso garantizará el acceso de las mujeres a cargos electivos. Como un sitial en la Corte Suprema de Justicia no es un cargo electivo, por esa vía las mujeres no pueden exigir una representación en el máximo tribunal. enviar nota por e-mail | | |