Sierra aromatizada de flores

Circuitos de trekking y fiestas gastronómicas en la villa veraniega de San Pedro de Colalao

Ubicada a 95 kilómetros al norte de la ciudad de San Miguel de Tucumán y a 1.100 metros sobre el nivel del mar, San Pedro de Colalao es una villa veraniega de clima benigno, con temperaturas medias que no superan los 25 grados y un promedio de precipitaciones anuales de 400 milímetros, ideal para disfrutar de unas vacaciones distintas entre valles y quebradas.

Entre los meses de diciembre y abril, los días templados y radiantes son una invitación propicia para recorrer su bella e imponente geografía, con tesoros arqueológicos poco conocidos y hasta ignorados por la mayoría de las personas.

San Pedro de Colalao cuenta con todo lo necesario para que el viajero disfrute de su estadía. Buena infraestructura hotelera, campings, bares y servicios de excelencia convierten a la villa en un destino vacacional más que interesante en el interior tucumano, con fascinantes circuitos de trekking y festivales de cocina regional.

El turista también podrá disfrutar de todas las manifestaciones culturales, desfiles de gauchos, copleras, teatro campestre, exposiciones pictóricas de artistas de la zona, la feria artesanal y de dulces regionales y del Festival Nacional de la Humita en enero, el Festival Provincial del Quesillo y Escenificación de los Milagros de Lourdes, en febrero, y durante Semana Santa todo el esplendor del Festival Nacional de la Nuez. De esta manera podrá conocer las tradiciones del poblado tucumano.


Un poco de historia
La parroquia de la villa se terminó de construir entre 1910 y 1920, por el maestro mayor de obra don Venancio Médici. En su interior se encuentra una campana de aproximadamente 400 kilogramos, encontrada en las márgenes del río Yuchayo, 20 kilómetros al suroeste de la villa, en la localidad de Hualinchay. Cuentan los ancianos del lugar que la extraviaron los jesuitas que venían a colonizar a los antiguos habitantes de estas tierras. En virtud de la importancia de San Pedro de Colalao, en 1875, se la reconoce como cabecera comunal, creándose un juzgado de paz y comisaría.

El casco viejo, ubicado alrededor de la plaza Leocadio Paz, se caracteriza por estar constituido por casas cuyo estilo está resaltado por la unidad y la sobria elegancia de las líneas arquitectónicas.


Familias distinguidas
En 1875 se transforma en villa veraniega. A partir de esa fecha distinguidas familias de Tucumán construyen residencias de vacaciones, algunas de las cuales se mantienen en su aspecto original en las inmediaciones de la plaza Leocadio Paz.

San Pedro de Colalao se ha convertido en el pulmón del Jardín de la República. La plaza Leocadio Paz posee las más diversas variedades de árboles autóctonos como añosas tipas, que fueron testigos del nacimiento de la villa turística.

Las flores de este paradisíaco lugar, le dan vida y colorido a las mañanas, ideales para disfrutarlas con mates cebados y aromatizados con hierbas serranas.

Vale la pena visitar la laguna Escondida, en San Pedro de Colalao, en la zona norte de Tucumán. Se caracteriza por estar entre montañas creando un escenario visual tan atractivo como espectacular.

Llegar a este sitio no es tarea fácil ya que carece de señalización, por lo que se recomienda ir con alguien que conozca y que brinde asesoramiento de la zona.

La laguna Escondida se levanta más precisamente en el departamento de Trancas, a 25 kilómetros al noroeste de Chulca (localidad cercana a San Pedro de Colalao), próxima a la provincia de Salta. Hasta Chulca se llega en vehículo por lo que es allí donde comienza la travesía: en el río homónimo empieza la caminata atravesando la finca Rearte (una de las más grandes de Tucumán) hasta la rivera del río Berburín, allí cerca de curso de agua es recomendable acampar.


Cerro Lajar
Luego se inicia una abrupta subida por el "curso nogalito", en la cuesta del cerro Lajar, para algunas horas más tarde comenzar a descender por una ladera cubierta de helechos y un frondoso bosque de añosos árboles hasta encontrarse con la laguna.

En este lugar las actividades eco-turísticas son variadas: se puede pescar, realizar avistaje de aves (patos silvestres, chumucos, guaypos, hurracas y cóndores) y recorrer senderos cercanos a la laguna.

Entre la flora característica del lugar encontramos laureles, cebiles, cedros, talas y gran cantidad de helechos y epífitas. Es recomendable realizar este viaje (ida y vuelta) durante 3 días, como mínimo, para aprovechar los encantos de esta zona paradisíaca del Noroeste.