Otra que Grand Slam

Coria jugó el partido más importante en el altar

"En lo deportivo cerré un año espectacular y empiezo un 2004 mucho mejor todavía". Con voz temblorosa y claramente emocionado, Guillermo Coria dispensó anoche unos quince minutos para la prensa en un salón adjunto del imponente y remozado hotel Colonial, en el que se pudo comprobar que el tenista había dado el paso más trascendente de su vida, al punto de reconocer que en el altar se sintió mucho más conmovido que en cualquier partido de Grand Slam.

El número uno del tenis argentino y Carla Francovigh se casaron por iglesia anoche en el barrio Somisa de San Nicolás (en otra iglesia de esa ciudad se casó ayer Sebastián Firpo, jugador de Bolívar Signia y ex de la selección argentina) y después festejaron con más de 300 invitados en el hotel Colonial, ubicado a unas 20 cuadras del lugar.

El Mago llegó a la Parroquia del Espíritu Santo a las 20.15, ingresó por la sacristía y se ubicó en el altar para esperar la llegada de su novia, que se concretó veinte minutos más tarde.

Coria burló a la prensa que ya se había apostado frente a la entrada de la iglesia, detrás de un vallado que había sido preparado por un imponente operativo de seguridad, digno de cualquier acontecimiento en que se prevén riesgos.

De la ceremonia, nada. Ningún medio pudo acceder a ella y sólo pudo adivinarse algún que otro detalle de la misma, que duró 40 minutos, cuando se abrió la puerta para que ingrese la novia y a la salida. Pero para colmo de males los novios debieron correr raudamente hacia el auto Mercedes Benz que lo esperaba para escaparle a la lluvia.

De los invitados, poco y nada. Es que sucedió lo mismo que con Coria. Los de mayor renombre ingresaron por atrás, aunque los demorados José Acasuso, Agustín Calleri y Juan Ignacio Chela llegaron detrás de la novia y es por eso que se los vio en el lugar.

El Chino agradeció la presencia de los medios, pidió disculpas por la lluvia, aclaró que no habrá viaje de bodas y rápidamente confirmó que el jueves próximo (1º de enero) se irá a Doha (capital de Qatar) para disputar su primer torneo del año. "Ya encontraremos un huequito para irnos de vacaciones, perdón, de luna de miel", especificó el número 5 del mundo después que la mirada fija de Carla lo obligara a corregir el error.

Parece ser que el Mago ha superado con éxito el partido más importante de su vida y ahora se apresta a volver al circuito, un sitio en el que se siente mucho más firme que en el altar.

Coria saluda al salir de la iglesia junto a su esposa Carla.