| domingo, 14 de diciembre de 2003 | Contra los males Las piedras preciosas tenían para los antiguos determinados poderes contra diversos males, pero por su costo sólo estaban reservadas, para los reyes y los comerciantes más prósperos.
* Diamante: dicen que hay que engarzarlo sólo en oro y llevarlo en el lado izquierdo, para que el más duro de los cristales confiera protección contra la locura, la cobardía, el desamor, la peste, la ira, la enemistad y la manipulación ajena.
También se asegura que el diamante que se recibe de regalo es más potente que el que se compra y que así garantiza amor eterno, de allí que sea la gema preferida para el anillo de compromiso que el novio le regala a su prometida.
La mala fortuna que el Esperanza (el diamante más grande del mundo) le trajo a sus propietarios, determinó que para que sea protector, debería ser chico.
* Esmeralda: se le atribuyen diversos poderes, entre ellos dar prosperidad, aguzar el ingenio, mejorar la memoria, conferir creatividad y proteger contra la esterilidad. Es también la piedra del amor incondicional y se supone que si una madre la lleva como colgante durante su embarazo, protegerá la gestación y ayudará a no tener dificultades en el parto.
* Rubí: nada mejor que un rubí -decían los antiguos- para protegerse contra la infelicidad, la ruina, los enemigos, la mala salud, los excesos sexuales, los malos pensamientos, la ansiedad, la envidia y la muerte prematura. enviar nota por e-mail | | |