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 lunes, 08 de diciembre de 2003

Apertura 2003
Newell's se despidió del Coloso silbando bajito
No supo resolver un partido que debía ganar y sólo empató con Chicago

Gustavo Conti / La Capital

De ese comienzo...: Newell's matador, como arengó Veira al plantel durante la práctica del último viernes. Partido fácil, victoria accesible. Gol tempranero, rival sin alma, muchas aproximaciones al arco contrario, presagio de despedida feliz.

... a este final: Newell's desorientado, aferrado a las manos de Palos, no para ganar, sino para hacerse de un punto. Chicago ahora seguro y agrandado. Un final impensado pero un empate indiscutible.

Sí, la misma película de partes diametralmente opuestas. ¿Por dónde empezar a mirarla? No importa demasiado. Lo cierto es que este Newell's de definidos claroscuros del Apertura, volvió a desplegarse en toda su magnitud ayer, justo en la despedida de año en el Coloso. De arrollar desde el minuto inicial a un rival sin alma, pasó a ser sometido y al final se abrazó a las manos de su arquero. Increíble pero real.

Para Patricio Hernández el punto no estuvo mal pero algún golpecito a la pared habrá dado pensando en las ocasiones perdidas. Para Héctor Veira el empate fue un desastre porque Newell's siguió bajando los objetivos: de soñar con el título tras ganarle a Boca pasó a pensar en el subcampeonato, luego en el tercer puesto y ahora hasta le será difícil terminar arriba de Central, en un hipotético 4º, 5º o hasta 6º lugar, que de todas formas mejora mucho la campaña del torneo pasado.

Metió el gol enseguida, le creó zozobras al seguro De Olivera pero no lo liquidó. Con una tibieza exasperante, Chicago llegó sin embargo al empate en un momento psicológico importante, antes del descanso y luego de que Newell's desarmara media defensa por las lesiones de Adinolfi y Bermúdez. Y después pensó que a lo mejor podía y casi se lleva más de lo que merecía con la conducción de Elvio Martínez, la peligrosidad de Carranza y Sanabria, y los obsequios que les daban Ré y Guiñazú, en su incómoda posición de lateral izquierdo.

Es verdad que Newell's siempre buscó el partido, como por otra parte lo hizo casi siempre en el campeonato. Pero la loable actitud se quedó de nuevo sólo en eso, aún ante un rival ideal para sumar de a tres. Patiño arrancó con todo y se apagó hasta terminar renqueando. Los desbordes de Mauro Rosales no siempre tuvieron buen destino, como los de Vella. Paulo Rosales intentó ser el conductor pero resultó intermitente y las ventajas defensivas aparecieron con el recambio, amén del prolijo trabajo de Aguirre.

Entonces el equipo de Veira apagó el entusiasmo que contagió a la gente de entrada. Más allá de que tuvo ocasiones, como un cabezazo forzado de Vásquez en el travesaño, uno desviado de Aguirre y un mano a mano que De Olivera le tapó a Paulo Rosales, en el arco de enfrente Palos sufrió de lo lindo hasta el último minuto.

Newell's se despidió del Coloso casi con el veredicto de este Apertura: el de un equipo que mejoró respecto al Clausura pasado pero que le queda mucho por hacer. Para que no lo encuentre el final de otro campeonato como ayer, con los hinchas desilusionados y silbando bajo.

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Patiño busca el arco, sin conseguir su propósito.

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Newell's 1 - Chicago 1


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