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 lunes, 08 de diciembre de 2003

Segunda lectura: Sin recambio pierde equilibrio

Luis Castro / La Capital

Si la figura del partido es otra vez Luciano Palos, la lectura es sencilla: Newell's sufrió más de la cuenta para recaudar un tibio empate. Si el arquero volvió a salvarlo de una derrota, quiere decir que al equipo lo complicaron demasiado. Y cuando se rescata que el rival de turno fue Nueva Chicago, la preocupación es aún mayor.

Claro que para ser justos hay que reconocer que cuando el funcionamiento rojinegro era el adecuado, manejando la pelota, generando y desperdiciando una situación de gol tras otra la Lepra sufrió dos bajas importantes por lesión cuando apenas se había jugado media hora. Primero Adinolfi y después Bermúdez se tuvieron que ir para darles lugar a los pibes. Y fue ahí, coincidiendo con la palabras de Héctor Veira, cuando Newell's perdió el equilibrio táctico que venía manteniendo. Ese que le sirvió para controlar a los de Mataderos y jugar en campo contrario.

Pero como es harto conocido, a Ñuls le cuesta horrores mantener un juego cuando no están sus principales figuras. Está claro y quedó demostrado a lo largo de todo el torneo que en cuanto a resultados le fue bien cuando estuvieron los experimentados. Pero a la hora de poner un remiendo las cosas cambian. Entonces, siempre aparece el famoso recambio con el que no cuenta el entrenador para poder disimular las ausencias.

El empate insípido sirve de poco teniendo en cuenta los objetivos trazados. Más aún ante un Chicago que venía golpeado por los magros resultados y la patética campaña. Pero que a pesar de todo se las ingenió para causar sensación en la segunda mitad y hasta insinuar con llevarse los tres puntos de no ser por la buena respuesta de Lulú.

El hincha dejó atrás aquel deseo de pelear por la gloria hace algunas fechas. Y la decepción comenzó a engendrarse. Se despidió también del subcampeonato. Ahora del tercer lugar pasó al sexto, aunque tiene algunas chances de terminar tercero o pelear por el cuarto, quinto o sexto lugar. Como para redondear una aceptable campaña. Pero no más que eso.

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