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 domingo, 07 de diciembre de 2003

Cruceros
Un viaje cinco estrellas
Navegación desde el puerto de Santos hasta Buzios, destino preferido de Brigitte Bardot

Miguel Pisano / La Capital

El barco y el tren deben ser unas de las formas más pintorescas de viajar. Quizá en esta opinión influya también la fuerte comunicación que ambos medios establecen con el cine. Y el caso del crucero Buenos Aires-Buzios parece una de las mejores formas de aprovechar un fin de semana largo, sobre todo para los amantes del "dolce far niente", cuyo principal objetivo hedonista es pasarla muy bien, en este caso en un auténtico hotel cinco estrellas que acaricia las aguas.

El viaje comienza el sábado por la mañana con el vuelo de dos horas y chirolas de Ezeiza a San Pablo, donde continúa con el trayecto en colectivo por la autopista que serpentea entre la bella foresta y los macizos hasta llegar al histórico puerto de Santos, donde unos dos mil pasajeros embarcan en el crucero en apenas una hora y se reencuentran con su equipaje en su habitación, casi sin haber movido un bolso.

La embarcación toca una sirena interminable y se estremece tiernamente como una vieja locomotora para saludar su partida, apenas pasadas las seis de la tarde, mientras el sol comienza a jugar a las escondidas con la acuarela del mar y los eternos ocres del puerto de la pujante Santos.

El barco es literalmente un hotel cinco estrellas que tiene de todo y donde el pasajero puede hacer prácticamente lo que se le ocurra, con una modalidad muy interesante: la totalidad de las comidas y bebidas están incluidas, excepto las alcohólicas y las propinas, por las que basta firmar la boleta con la tarjeta personal del crucero y luego serán debitadas al final del viaje.

Con la malla como traje de calle uno puede alternar el día entre las piscinas, una descubierta y otra cubierta, climatizada y con hidromasajes, el spa y el solarium; hacer gimnasio; trotar o caminar al sol o jugar al minigolf; o, simplemente, echarse en una reposera con un buen libro o una mejor compañía y con un trago que traerá uno de los amables mozos.

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