| domingo, 07 de diciembre de 2003 | Baile de gala El fin de semana continúa con un almuerzo liviano, tipo del estilo de vida americano, de hamburguesa, pancho o pizza con cerveza o agua mineral parece el ideal para aprovechar mejor el encantador sol brasileño, y dejar uno de los cinco restaurantes para una acogedora cena a la luz de las velas, en la que podrá degustar desde un plato típico brasileño hasta delicias de la mejor cocina internacional y un notable vino argentino o chileno.
La noche parece el horario ideal del crucero, que abre al viajero su increíble abanico de posibilidades, que van desde un cóctel, una noche en una de sus dos discotecas, el cine o el teatro, hasta la posibilidad del casino y del infaltable baile de gala, en realidad la única ocasión en la que necesitarás ponerte el saco.
Amanece en Buzios El amanecer del domingo mostrará la increíble belleza de Buzios, un encantador pueblito brasileño de menos de 20 mil almas, que Brigitte Bardot hizo famoso en los 60, desde donde una lancha te llevará hasta la playa, dado que no posee puerto donde pueda atracar el crucero.
Buzios aparece como el paraíso soñado: es la belleza de los morros, las arenas blancas, el agua azul y las callecitas de empedrados sin tiempo, que parecen una joya de oro blanco en la que están engarzados los mejores restaurantes y cafés argentinos.
Cultivar el placer Podés pasarte el día recorriendo la incomparable belleza de Buzios a pie, con el city tour del bondindinho o con un Boogie alquilado, y todas las opciones serán el tiempo mejor invertido, pero con la condición de volver al barco antes de las 8 del lunes, cuando el crucero zarpará de regreso a Santos.
Así, entre la sorprendente naturaleza y los encantos de Buzios y la enorme gama de posibilidades de cultivar el placer que ofrece la nave, este crucero aparece como una muy buena alternativa para pasar cuatro días a cuerpo de rey, en un increíble hotel cinco estrellas que acaricia el mar. enviar nota por e-mail | | |