| domingo, 16 de noviembre de 2003 | Las derrotas del totalitarismo islámico Pablo Díaz de Brito / La Capital Ante la matanza de soldados italianos en Nasiriya, la política Emma Bonino comentó: "O nos damos cuenta de que la reacción al terrorismo concierne a todos, africanos, árabes, europeos, y que esto no es un match EEUU contra el resto del mundo, o no se puede hacer un análisis político apropiado de la situación". Bonino fue comisaria europea para ayudas humanitarias e integra un pequeño partido liberal.
Efectivamente, la estrategia del terrorismo islámico no involucra solamente a EEUU e Irak, a Bush y a Saddam, como demuestra el brutal atentado de ayer en Turquía contra dos sinagogas. Está en juego mucho más: la seguridad de Occidente (que incluye a la Argentina) y, correlativamente, la posible democratización de los países árabes e islámicos. Contra esta posibilidad se lanzan las oleadas de suicidas cargados de explosivo.
Como en países como el nuestro predomina un coro monótono de antinorteamericanismo primitivo, conviene poner atención en el análisis de personas pensantes y fuera de la norma, como Emma Bonino. Otro caso que puede servir para romper el molde del pensamiento único es el del norteamericano Paul Berman.
Berman, quien publicó en todos los medios de la izquierda democrática norteamericana, afirma que desde la operación en Afganistán contra la dictadura talibán se ingresó en un período revolucionario: "En sólo 19 meses dos feroces dictaduras han caído y una tercera, la más importante (Irán), está en crisis. El efecto dominó funciona, el totalitarismo musulmán ha sufrido derrotas devastadoras. En Afganistán hay un Estado en manos de un liberal, Hamid Karzai, y en Irak no hay aún un Estado pero por primera vez hay esperanza. En Irán estamos al inicio de una revolución liberal" (Berman usa el término "liberal" en sentido lato, anglosajón, y no en la acepción reductiva y economicista que se le asigna en Latinoamérica).
En uno de sus artículos se pregunta por qué el sector al que pertenece él mismo "ha sido incapaz de comprender la naturaleza antifascista de la guerra contra Saddam Hussein", y encuentra seis razones. Entre ellas, "porque mucha gente de izquierda, en función de respetar las diferencias culturales, ha decidido que a los árabes les gusta vivir bajo dictaduras". Por esto, "los millones de víctimas islámicas (de las dictaduras que gobiernan en esos países) son invisibles, al contrario del puntual conteo que se hace en Cisjordania", de los caídos palestinos.Pero lo más interesante y a la vez preocupante del análisis contracorriente de Berman radica en la última señalación: "Mucha gente de izquierda no alcanza a ver el antisemitismo en otras culturas, y no puede reconocer a qué nivel doctrinas de tipo nazi sobre el carácter cósmico del mal hebreo han contagiado movimientos políticos de masas en amplias regiones del planeta". Un antisemitismo que no alcanza únicamente a los fanáticos de Al Qaeda y se extiende a muchas elites islámicas. enviar nota por e-mail | | |